El 31 de enero se cierra el mercado de invierno, y el FC Barcelona todavía no da por zanjada la opción de que Ousmane Dembelé pueda abandonar el club de forma inminente, generando así espacio salarial para inscribir a Álvaro Morata (en caso de que llegue) y, quizá, dejando algunos millones de euros en caja si algún gran club de Europa apuesta por su fichaje sin mancillar sus buenas relaciones con el Barça.
Al mismo tiempo, por contra, tampoco se descarta que el futbolista cambie de opinión y acabe renovando. Si renueva, jugará. Si no, salida inminente. Y si no renueva y no accede a salir, a la grada. Esa es la idea, y hoy por hoy el pensamiento del Mosquito parece que es el de finalizar su contrato con el club azulgrana y marcharse en junio al gran club que abogue por su incorporación.
Un equipo que le pague, de paso, una suculenta prima de fichaje, con bonus incluido para su representante. Moussa Sissoko aterrizó en las últimas horas en Barcelona, y todo parece indicar que en los próximos días se dará una reunión con la cúpula azulgrana para esclarecer el futuro del jugador.
Laporta, Alemany y Xavi van de la mano: la mejor solución es que Dembelé se marche ya mismo, sabido que no desea renovar su contrato actual y que el club no cederá ante sus desorbitadas peticiones salariales. Si el futbolista se queda, ya sabe que lo más probable es que se quede seis meses sin jugar, hasta que termine contrato, algo que no le gusta nada y mucho menos en un año de Mundial.
Todo depende de Dembelé
Así las cosas, el jugador tiene la sartén por el mango para intentar desencallar la situación. Únicamente una reunión con el presidente o con Alemany puede resolver el lío, en una situación que ahora mismo no beneficia a ninguna de las partes si se mantiene el status quo.
Ousmane Dembelé, durante un partido con el Barça / EFE
Dembelé, que mantiene una gran relación con su compañero Samuel Umtiti, es consciente de que el encuentro que mantuvieron el presidente y el central galo el pasado verano sirvió para limar asperezas y suavizar el tono, que se había vuelto muy tenso. En este sentido, el atacante francés desearía hacer algo parecido y charlar cara a cara con Joan Laporta para desbloquear una situación cada vez más incómoda.
Una alternativa que sigue en el aire, y que serviría de apaño para ambas partes, sería una cesión del jugador a un gran club de Europa donde disponga de minutos hasta final de temporada (aunque no necesariamente sería su futuro destino a partir del próximo verano). De esta forma, aunque el Barça no cobraría dinero por el traspaso sí se desprendería de su ficha, liberando así espacio salarial para inscribir a Morata o al refuerzo ofensivo que pueda llegar.
Soluciones a última hora
Sea cual sea la solución para el embrollo, lo que está claro es que debe ser cuanto antes. Los días siguen pasando, estamos a mitad de semana y todo es incertidumbre, todavía, sobre el futuro de Ousmane. Recordemos, eso sí, que el Barça es especialista en resolver situaciones a última hora, como cuando dio salida a Griezmann y acogió en la plantilla a Luuk de Jong en el último suspiro del pasado mercado estival.