El futuro de Ousmane Dembelé está al rojo vivo. Las últimas informaciones apuntan que habrá novedades antes de que se cierre el mercado de invierno el próximo 31 de enero. Todo hace pensar que esta misma tarde noche puede haber noticias y es que Moussa Sissoko, representante del delantero, ha viajado a Barcelona para reunirse con los responsables del club.
Según ha informado la cadena Cope, Sissoko ya está en Barcelona y podría pedir un cara a cara entre Dembelé y el presidente, Joan Laporta. Mateu Alemany liderará una reunión decisiva para calibrar el futuro inmediato del primer equipo con varias opciones para ofrecer al jugador. Pero antes le tocará escuchar, ya que el agente llega directamente desde Londres con posibles novedades: el lunes estuvo negociando con los dueños del Chelsea, según ha informado el periodista Andreas Korssund, especializado en información del club de Stamford Bridge.
Tuchel quiere a Dembelé
Dembelé estaría encantado de volverse a poner a las órdenes de Thomas Tuchel, que fue su entrenador en el Borussia Dortmund y supo sacarle un gran rendimiento en un tiempo en que el extremo francés no se lesionaba. Tuchel conoce sus cualidades y su situación en el Barça, por ello se quiere adelantar a otros colosos del mercado como PSG, Liverpool, Juventus, Manchester United o Bayern, que también anhelan contar con los servicios del galo.
Al Barça ya no le incumbe donde jugará Dembelé la próxima temporada, porque se da por sentado que no será en el Camp Nou. Sin embargo, en el club están deseosos de saber si cabe la posibilidad de que se frague la salida del futbolista este mismo enero: solamente quedan seis días. Si el Chelsea estuviese dispuesto a hacerle un hueco ahora en el equipo, en el Barça pondrían facilidades.
Cesión, traspaso o carta de libertad
Hay dos opciones: o que se vaya cedido y el club de Roman Abramovich asuma la ficha --seis millones de euros brutos, que se corresponden con la mitad de la anualidad que percibe en el Barça-- o que se cierre ya su traspaso y el club inglés pague un precio simbólico que podría rondar los cinco millones de euros. Esta sería la opción más interesante para el club azulgrana.
Sin embargo, hay una tercera vía menos óptima que también puede interesar al club: avanzarle la carta de libertad renunciando a un traspaso para que se vaya gratis ahora. A efectos oficiales vendría a ser lo mismo que la cesión y, obviamente, el Barça se quedaría sin cobrar nada por un jugador que costó 105 millones de euros más otros 40 kilos en variables. Lo más probable es que el club no llegue a ingresar nada por él.