Si en el Barça hubiesen sabido de antemano el pastizal que les iban a costar Samuel Umtiti y Ousmane Dembelé, posiblemente nunca hubieran vestido la camiseta azulgrana. A toro pasado siempre es más fácil hablar, claro está, pero de lo que no hay duda es que el montante económico que ha pagado el club por sus respectivos fichajes, salarios y comisiones no ha ido acorde al rendimiento de ambos futbolistas.
Samuel Umtiti aterrizó en verano de 2016 como el relevo de futuro de Mascherano como compañero de Piqué en la zaga titular, y lo hizo con la vitola de ser por aquel entonces uno de los centrales más prometedores de toda Europa. Sus dos primeras temporadas en el club azulgrana fueron ilusionantes. Se consolidó como uno de los mejores defensores del planeta y clubes como el Manchester United estaban dispuestos a cubrirle de oro (y al Barça también) para ficharle.
Josep Maria Bartomeu hizo todo lo posible por renovarle y se pasó de frenada, con un multimillonario contrato que convirtió al francés en uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla con un salario de más de 6 millones de euros por temporada. Fue en verano de 2018, justo después de que Umtiti ganase el Mundial ejerciendo un papel protagonista con la selección de Francia. A partir de ese momento, todo se torció.
El gran drama de Umtiti
El central galo empezó a sufrir un rosario de lesiones de larga duración y, cuando regresó, ya nunca fue el mismo. Tomó algunas decisiones con las que la cúpula directiva no estaba de acuerdo, como la negativa a pasar por el quirófano cuando tuvo la oportunidad de solucionar sus problemas en el cartílago de la rodilla. En vez de ello, realizó un tratamiento de regeneración que acabó dando sus frutos, aunque con una duración más larga. Y cuando volvió, ya nunca más pudo ganarse el puesto de titular ni con Ernesto Valverde, ni con Quique Setién, ni con Ronald Koeman ni ahora con Xavi Hernández.
Puede que, en buena parte, porque desde la cúpula directiva, primero la de Bartomeu y luego la de Laporta, la prioridad siempre fue la de buscarle una salida al ver que ya no era el mismo talento que se fichó procedente del Olympique de Lyon, y que sin embargo seguía teniendo un sueldo de estrella.
Dembelé y Umtiti levantan la Copa del mundo en el Mundial de Rusia 2018 / AGENCIAS
Dembelé, la estrella de eclosión tardía
Quien también vino como una estrella cuando todavía era una promesa es Ousmane Dembelé. El Barça pagó por él más de 115 millones de euros al Borussia Dortmund, condicionado por la lluvia de millones que había recibido tras la marcha de Neymar Jr al PSG. Desde el principio, el atacante francés empezó a hacer gala de una fragilidad física que le ha perseguido desde 2017, cuando aterrizó en el Camp Nou.
Sí es cierto que en las dos últimas campañas ha conseguido disponer de una cierta regularidad sobre los terrenos de juego, y en el campo ha demostrado que es uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo. El Barça siempre tuvo paciencia con él y confió en que acabaría explotando para convertirse en uno de los estandartes del equipo, sobre todo tras las salidas forzadas de Messi y Griezmann.
Ousmane Dembelé coquetea con varios equipos / FCB
Y cuando explota, quiere irse gratis...
Pero en vez de estar agradecido por las oportunidades y la confianza incondicional que el Barça le ha brindado, todo parece indicar que Dembouz no renovará su contrato y se marchará a un gran club europeo que le pague mucho más dinero que el que es capaz de darle el equipo azulgrana a día de hoy. Y, además, pretende hacerlo sin dejar ni un euro en las arcas culés, con la carta de libertad a partir del mes de junio de 2022. Dos situaciones, las de los amigos Umtiti y Dembelé, que siguen sangrando al club por mucho que pase el tiempo.