Xavi Hernández tiene que implementar su filosofía con fórceps. Contratado en plena temporada, el técnico de Terrassa se encontró con una plantilla descompensada y ahora busca soluciones de emergencia para reactivar a un Barça herido, con urgencias.

El entrenador del Barça trabaja en una doble dirección. Tras dar luz verde a la contratación de Dani Alves, Xavi priorizó el fichaje de dos delanteros: un extremo y un goleador.

Ferran Torres y Morata

Ferran Torres, delantero que puede jugar en todas las posiciones de ataque, fue la prioridad de Xavi. Y el Barça cerró un acuerdo con el Manchester City por 55 millones de euros fijos y otros 10 en variables. El siguiente objetivo es Álvaro Morata, un delantero que combina muy bien y muy intenso en la presión. De momento, su fichaje es incierto.

Xavi también trabaja a medio plazo. El gran sueño en el mercado de verano será Erling Haaland, posiblemente el goleador más deseado de Europa. También quiere un lateral derecho --Mazraoui, del Ajax, gusta mucho, un lateral zurdo --Gayà-- y un central --Christensen, del Chelsea, es el objetivo prioritario--. También busca un mediocentro defensivo como Kamara, del Olympique de Marsella.

Pedri, en su regreso con el Barça, en la Supercopa de España / FCB



Pedri, en su regreso contra el Real Madrid en la Supercopa / FCB

Más futuro que presente

Paralelamente, Xavi sigue insistiendo en su propuesta futbolística. Poco a poco va implementando sus ideas en un equipo con muchos futbolistas jóvenes, con más proyección que presente.

Xavi sigue detectando muchos problemas. El equipo pierde demasiados balones, su juego todavía es muy plano y en ataque falta pegada. En la semifinal de la Supercopa, por ejemplo, el error de Sergio Busquets en el primer gol del Real Madrid fue un lastre excesivo para el equipo.

Pedri y Ansu Fati

Al Barça de Xavi le falta control y mayor fluidez. El técnico, no obstante, está convencido de que las recuperaciones de Pedri y Ansu Fati tendrán un efecto revitalizante para el equipo azulgrana.

El equipo apunta buenas maneras, pero todavía está verde. El técnico quiere que los futbolistas den un paso adelante y sean más descarados. También insiste en que las líneas estén más juntas y que la presión debe ser mucho más intensa.