Fueron varias las buenas noticias que recibió el barcelonismo tras el clásico perdido contra el Real Madrid en Arabia Saudí. Por una parte, la reaparición de jugadores clave como Ansu Fati, Ronald Araujo y Pedri González, que jugaron a un gran nivel. Por la otra, que además de jóvenes promesas y una plantilla de futuro, el Barça tiene en el banquillo a un entrenador capaz de reaccionar.
Quedó comprobado con los movimientos tácticos que realizó Xavi Hernández a lo largo de los noventa minutos, y que especialmente a partir de la media parte sirvieron al Barça para resucitar y empezar a dominar con claridad al Real Madrid. Los blancos fueron letales al contragolpe, es cierto, pero la batuta del juego en la zona de tres cuartos de campo la llevaron los blaugrana.
Más movido por la ilusión que por la cabeza, puede que Xavi se equivocase en el planteamiento inicial al introducir en el once a Ferran Torres y Frenkie de Jong, teniendo en cuenta que el primero llevaba más de dos meses sin jugar y que el segundo aún andaba medio renqueante de su última lesión, sin haber rendido además a un buen nivel desde hace tiempo.
Resurrección al descanso
El técnico egarense, por fortuna, reaccionó al descanso con los cambios de Abde por Ferran y Pedri por Frenkie. El equipo mejoró ostensiblemente en cuanto a juego y ocasiones, siendo capaz de empatar el partido por partida doble y forzar la prórroga.
Ansu Fati, celebrando el gol marcado contra el Real Madrid / FCB
En el minuto 65 apareció Ansu Fati por Luuk de Jong (los dos goleadores culés), mientras que en el último cuarto de hora Xavi cambió el sistema para jugar con un 3-4-3 con Jordi Alba de falso central, dando entrada a Memphis y Nico para reforzar el dominio culé a partir de medio campo hacia arriba. La fórmula dio resultado: Ansu Fati empató, el partido se fue al tiempo extra y ahí el Barça siguió dominando... Aunque el gol de Fede Valverde lo destrozó todo.
Una estrategia suicida, pero ilusionante
Cierto es que fue una estrategia arriesgada la de los últimos minutos, y que el Barça lo pagó caro encajando el último gol en un contraataque de cuatro contra dos. Antes de esa diana, sin embargo, los culés tuvieron más cerca que los merengues el tercer tanto del partido, que no se dio de milagro.
Pudo pasar cualquier cosa, y al final la moneda salió cruz. Pero si el FC Barcelona sigue reforzando la plantilla con jóvenes talentos como los que ya tiene... Que se preparen los rivales. Y el espectador, por supuesto, para continuar disfrutando del buen juego de este nuevo Barça.