El Granada frustró al Barça. Una vez más. Un gol de Puertas en el penúltimo suspiro castigó al equipo de Xavi Hernández, que se resquebrajó tras la expulsión de Gavi en el minuto 79. El Barça no supo amarrar un partido muy intenso que parecía tener controlado gracias a otro espectacular gol de Luuk de Jong, un futbolista que se ha sacudido toda la presión de jugar en un equipo grande y exhibe su mejor repertorio desde que sabe que está en venta. En Granada, sin embargo, la cabeza del delantero neerlandés no fue suficiente para sumar tres puntos más porque el equipo repitió los mismos errores que en Pamplona. La lectura del partido fue, sencillamente, nefasta.

El Barça llegó a Granada con buenas sensaciones, tras su última victoria en Palma, y con Dani Alves en el equipo titular. Xavi también rescató a Gavi y mantuvo su apuesta por Jutglà, un futbolista que la pasada temporada estaba en las categorías inferiores del Espanyol y que parece jugar de memoria en el equipo azulgrana. Prescindió, en cambio, de Pedri y Ansu Fati, a quienes reservó para el duelo contra el Real Madrid, de la Supercopa de España que se juega en Arabia Saudí por cuestiones económicas.

Gol anulado a Luuk de Jong

Robert Moreno, el técnico de L'Hospitalet de Llobregat que no hace tanto era amigo íntimo de Luis Enrique antes de tirarse los trastos a la cabeza, encaró el partido con muchas precauciones, tras encadenar el Granada seis jornadas sin perder. Moreno lo tenía casi todo controlado, pero se llevó un buen susto con un cabezazo de Luuk de Jong que batió a Luis Maximiano, pero el gol fue invalidado por un fuera de juego previo de Gavi. Minutos después, Luuk se inventó otro remate acrobático con la espuela, emulando la mejor versión de Zlatan Ibrahimovic.

Dominaba el Barça, bien posicionado en el campo y con mucha intensidad en la primera media hora, pero Dembelé no escogía las mejores opciones, y la réplica del Granada llegó con un zurdazo de Machís que desbarató Ter Stegen. Con un juego más elaborado, el grupo azulgrana tampoco encontraba la fórmula para resquebrajar la retaguardia local.

Luuk de Jong cabecea



Cabezazo de Luuk de Jong que acabó en gol en Granada / EFE

Nico y Gavi, sacrificados

El Barça probó fortuna por la derecha y por la izquierda, pero Jutglà no estuvo tan inspirado en sus duelos con la defensa rojiblanca. Tampoco encontraban muchos espacios para maniobrar Nico y Gavi, poco inspirados en la creación pero muy aplicados en labores defensivas. El Granada, que se encogía y se estiraba como un acordeón, estuvo más preocupado por desactivar al Barça que por golpearle en alguna contra.

El Granada se desperezó en la segunda parte, adelantando la defensa y apostando por un fútbol más vertical contra un Barça algo más dubitativo y preocupado por la nueva lesión muscular de Eric García. El ex defensa del Manchester City fue sustituido por Lenglet, un futbolista que está en el mercado pero al que Xavi intenta reactivar tras su ostracismo con Ronald Koeman. El defensa francés salió acelerado y fue amonestado con tarjeta amarilla tras derribar a Luis Suárez cuando todavía estaba frío.

Marca Luuk 

El Barça parecía atascarse y Xavi ya barruntaba nuevos cambios en el banquillo, pero en los momentos más oscuros apareció de nuevo Luuk de Jong que cabeceó de manera impecable un centro de Dani Alves desde la banda derecha. El neerlandés, como en Mallorca, abrió la lata.

Marcó Luuk de Jong y Xavi lo sentó en el banquillo poco después. Ya había hecho la faena y el técnico dio entrada a Memphis y Abde, que sustituyó a Jutglà. Quería más movilidad y desequilibrio el técnico azulgrana ante un Granada convencido de darle la vuelta al calcetín a un partido que perdió rigor y que no supo sentenciar Abde en una acción personal. Con el juego acelerado, sufrió el Barça tras la expulsión de Gavi a 11 minutos del final. Poco después, Piqué jugó con fuego con otra dura entrada, preludio del gol final de Puertas que frustró al Barça. El tramo final fue un suplicio para los azulgrana, que encogieron de mala manera y regalaron dos puntos más en una Liga que es una auténtica pesadilla.