El Barça se clasificará para los octavos de final de la Champions si gana en Múnich o si el Benfica empata o pierde contra el Dinamo Kiev. En teoría, los lisboetas lo tienen todo para ganar al colista del grupo, pero en Da Luz hay mucha tensión y nervios, dudas y desconfianza hacia la gestión de Jorge Jesús, que podría ser despedido si el Benfica falla en casa.
El Benfica no funciona. Tercer clasificado en la liga portuguesa, a cuatro puntos del Oporto y del Sporting de Portugal, el equipo de Jorge Jesús suma cinco puntos en la Champions, dos menos que el Barça.
El malestar de la afición del Benfica estalló el pasado viernes, con la derrota en casa contra el Sporting de Lisboa por 1-3. Pizzi marcó el único tanto local en el minuto 96, tras una exhibición del eterno rival ciudadano. Pablo Sarabia, Paulinho y Matheus Nunes marcaron los tres goles verdiblancos.
Victoria o despido
El diario Record, gran referente de la prensa deportiva portuguesa, asegura que la directiva del Benfica despedirá a Jorge Jesús si el equipo no gana al Dinamo Kiev. Las relaciones entre el técnico y los futbolistas no pasan por un buen momento.
“No voy a hacer la película de este año con un mal partido. No podemos olvidar lo que está haciendo el Benfica, en Champions, por ejemplo, donde tiene posibilidades de pasar con un rival como el Barcelona, así como en Liga, donde, con esta derrota, estamos a sólo cuatro puntos. No digo que esta reacción sea normal, porque el Benfica no está acostumbrado a perder y mucho menos. Y yo sólo perdí dos o tres partidos en 16 o 17 pulsos con el Sporting. Pero repito: no es un partido que resume este inicio de temporada", manifestó Jorge Jesús tras la derrota contra el Sporting de Portugal.
El Benfica, recordemos, ganó dos Copas de Europa con Bela Guttmann de entrenador, tras derrotar en las finales al Barça y al Real Madrid. El técnico húngaro fue despedido poco después por pedir un aumento de sueldo y ese día lanzó una maldición que atormenta a los benfiquistas. Dijo que el Benfica nunca ganaría otro título europeo. Y, desde entonces, cada final ha terminado con una derrota.