El mes de noviembre cierra por todo lo alto para el FC Barcelona. Si bien el conjunto azulgrana no logró evitar el intenso despliegue del Villarreal, la realidad es que mostró una versión contundente para sacar ese importante triunfo (1-3) que lo vuelve a reenganchar a la lucha por los puestos europeos. Justamente ese problema de los goles es uno que ha afectado enormemente al Barça, pero lograron superar ese bache en un estadio que representa un talismán, aún en los peores momentos.
El recinto de la Cerámica, anteriormente conocido como El Madrigal, es una zona de mucho confort para los jugadores culés. Desde la temporada 2007-08 que no pierden como visitantes en ese campo, siendo el balance de 10 triunfos y cinco empates. Lo que genera una verdadera sorpresa, porque el submarino amarillo ha sido un equipo bastante competitivo en los últimos años. Es evidente que el cuadro catalán se crece en ese territorio.
Memphis celebra su decisivo gol contra el Villarreal / EFE
Noche goleadora
Uno de los aspectos más destacables de la victoria del FC Barcelona es que sus goles fueron obra de futbolistas que atraviesan una actualidad complicada en el club. El primero fue de Frenkie de Jong, que logró ser uno de los más influyentes en la mitad de la cancha, a tal punto de mostrar mucha determinación para pisar el área; el segundo fue de Memphis Depay, que no realizó un buen partido, pero consiguió redimirse tras sus fallos en la definición; y por el último, el tanto de Coutinho, que pudo ser clave en la acción del penal, la cual también definió con mucho criterio.