La llegada de Xavi Hernández al banquillo del Barça ha supuesto un aluvión de ilusión para el barcelonismo. El entrenador egarense representa, en su máximo esplendor, lo que es la entidad azulgrana. Si bien se espera que pueda mejorar enormemente el desempeño colectivo del primer equipo, la realidad es que tendrá como primer objetivo elevar el nivel anímico de los jugadores.
Justamente ese detalle es lo que ha afectado el desarrollo de las últimas temporadas del club catalán. Es evidente que ha existido una gran caída en el funcionamiento del equipo, pero la autoestima del FC Barcelona es lo que ha significado la estocada final en la mayoría de los dolorosos resultados que se han vivido, especialmente en la Champions League, en donde los futbolistas exhibieron una clara inferioridad en los momentos más decisivos.
Xavi anima a sus jugadores durante el Barça-Benfica de la Champions / FCB
Dicha tarea no será fácil de solventar para el cuerpo técnico de Xavi Hernández, sobre todo por el tiempo ha contaminado esa problemática al vestuario. Mucho más ahora cuando no tiene a su disposición a jugadores de jerarquía, como es el caso de Lionel Messi. El conjunto culé está plagado de jóvenes talentos (Ansu, Gavi y Nico) que apenas están dando sus primeros pasos en la élite europea, por lo que el objetivo del entrenador tiene un enorme grado de complejidad.
Dani Alves, una figura clave
No es coincidencia que Xavi haya dado su aprobación al fichaje de Dani Alves. El lateral brasileño es una leyenda del Barça, pero también llega porque es una máquina competitiva que busca mejorar los ánimos en el vestuario. Además, de ser una figura de liderazgo que puede ser de ayuda cuando se presenten las primeras adversidades del director técnico azulgrana.
Xavi y Alves, juntos en el vestuario / FCB
La primera meta de la leyenda del FC Barcelona es, sin dudas, gigantesca. Pero es el paso necesario para ahuyentar definitivamente esos fantasmas que tanto han afectado al equipo en temporadas anteriores. Los primeros partidos de su ciclo han dejado algunos destellos de que es posible ese escenario, aunque todavía falta ver a los jugadores ante un rival que lo obliga a estar firme desde lo anímico.