Con fortuna y ayuda arbitral. Así ganó el FC Barcelona al Villarreal en El Madrigal (1-3). El resultado fue lo mejor de un partido que dará mucho que hablar por los errores del colegiado, Soto Grado, que perjudicaron gravemente al submarino amarillo aunque también a los de azulgrana. El Barça de Xavi, movido por una apuesta más conservadora que contra el Benfica, sufrió para tener el control del partido y pudo recibir varios goles en contra, pero se acabó llevando tres puntos fundamentales para mantener aspiraciones a competir una Liga que sigue estando muy difícil.
Xavi Hernández recuperó el 4-3-3 pero con tres centrales en la retaguardia: Éric, Piqué y Araujo. El defensa uruguayo es el único que se salvó de los tres, aunque especialmente negado estuvo en el lateral derecho Éric García, cuyos errores le pudieron costar muy caros al Barça de no ser por la mala puntería del Villarreal y de la pésima vista del árbitro, que no contó con la habitual ayuda del VAR. Tampoco fue el mejor partido de Jordi Alba, de vuelta al lateral izquierdo. El medio volvió a estar liderado por tres peloteros que tienen mucho fútbol en sus botas, Busquets, De Jong y Nico, pero que no lograron imponer con solvencia su teórica superioridad técnica en la medular para gobernar el juego. En ataque, un intermitente Memphis Depay terminó siendo decisivo pese a su mal arranque y destacó junto a Gavi, como falso extremo izquierdo, y un Abde insistente aunque algo más discreto. Los tres protagonizaron, al menos, una ocasión clara.
Frenkie de Jong, en una acción en el partido contra Villarreal / FCB
El león holandés anotó el gol que marcó la diferencia cuando peor estaban los blaugranas ('88) y Philippe Coutinho sentenció la victoria desde el punto de penalti tras marcar una pena máxima que generó él mismo en el tiempo de prlongación ('94). Un tanto importante para recuperar la confianza del brasileño, que está haciendo terapia con un psicólogo. Antes se avanzó el Barça en el luminoso gracias a un gol repleto de suspense anotado por Frenkie de Jong en el arranque del segundo tiempo ('48). Pero el Villarreal recuperó la igualada al aprovechar un desastroso saque de banda de Éric García que terminó siendo una contra demoledora que remató Chukwueze para batir a Ter Stegen ('76).
Gavi, incandescente
El portero azulgrana tampoco estuvo especialmente inspirado y prolonga una racha poco agraciada. Firmó una intervención brillante en el primer tiempo a remate de Danjuma, pero cometió errores peligrosos en varias acciones del Villarreal. Tampoco pudo detener el disparo de Chukwueze. A su favor hay que decir que dio el pase largo que terminó con el decisivo gol de Memphis.
Gavi, incandescente contra el Villarreal / EFE
Posiblemente lo mejor del Barça se vio en los primeros 20 minutos, cuando se generaron ocasiones claras de Abde, Memphis y Gavi, pero ningún gol. En ese lapso de tiempo carburó el centro del campo azulgrana, movido por Busquets y la tenacidad de un Gavi incansable, que peleó todos los balones. El joven medio andaluz se levantó una y otra vez cuando le tumbaban los rivales y fue una tortura para la defensa del Villarreal. Además, estuvo a punto de firmar un auténtico golazo en el primer tiempo. Foyth mantuvo un gran duelo con él, pero sorprende que a sus 17 años jamás se amedrente por fieros, experimentados y fuertes que sean sus contricantes.
Favorecidos por el VAR
Los desaciertos de Soto Grado ayudaron mucho al Barça, que podría haber visto como le pitaban dos penaltis en contra. Uno, en el primer tiempo, por mano de Piqué separada ligeramente del cuerpo. Otro, en el segundo tiempo, más discutible por ser interpretativo, pero que consistió en un claro agarrón de Éric García a Albiol durante varios segundos. En estos casos es más difícil que entre el VAR, que sí intervino para anular un gol del Villarreal en fuera de juego y para conceder el tanto de Frenkie, inicialmente anulado por fuera de juego de Memphis que no era.
Jordi Alba y Sergio Busquets con la camiseta violeta del Barça en Villarreal / EFE
Sin embargo, el colegiado también se equivocó en contra del Barça en algunas acciones menos decisivas. Por ejemplo, perdonó una clara tarjeta amarilla a Dani Parejo en el minuto 1 de partido por una dura entrada a Busquets en que le dejó marcados los tacos y que podría, incluso, discurtirse sobre si sería merecedora de cartulina roja. Luego compensó al perdonar una amarilla a Jordi Alba, aunque la vio un poco después por sus enganchadas con Yeremi Pino, también sancionado.
La flor de Xavi
Una vez terminado el partido, a Xavi le preguntaron sobre la flor que está teniendo en sus partidos. Falló Dimata una ocasión clara del Espanyol que pudo cambiar el signo del derbi. Falló Seferovic una clara que pudo dar la victoria al Benfica en el Camp Nou. Y perdonó unas cuantas el Villarreal que pudieron costar muy caras al Barça, especialmente las de Danjuma y Trigueros. Sin embargo, Xavi no compró ese argumento y remarcó el trabajo táctico del equipo que ayudaron a generar varias ocasiones claras para los azulgranas en el primer tiempo, aunque comentó con ironía que "si ganamos con la flor, bienvenida sea".