Cuando el equipo no consigue el objetivo se buscan culpables. La exigencia de un club como el FC Barcelona conlleva a hacerlo. El encuentro ante el Benfica de anoche tuvo aspectos negativos – además del resultado. Hubo jugadores de la primera plantilla que quedaron señalados por Xavi Hernández.
Éric García, Nico y Frenkie en el Barça / FCB
El entrenador azulgrana dejó patente su malestar con Philippe Coutinho, Riqui Puig. Eso sí, sin olvidarse de Óscar Mingueza e incluso Éric García. Xavi no contó con ellos para la final ante el Benfica, en la que la clasificación a octavos era el premio. No pudo ser. El Bayern de Munich, juez.
Coutinho y Riqui: cero minutos
En un partido en el que se juegan la vida y que el entrenador no cuente contigo habiendo costado 120 millones de euros es un dato alarmante a la vez que clarificador. Una realidad para Coutinho, que no se vistió de corto ante el Benfica. El brasileño quedó tocado y hundido. Su rendimiento justifica la decisión. Es nulo.
Riqui Puig entrenando con el Barça / FCB
A Riqui Puig se le ha acabado el crédito definitivamente. El centrocampista es uno más de la grada del Camp Nou. Eso sí, tiene un sitio privilegiado y no paga entrada. Nadie cuenta con él ni ha contado nunca. Por su parte, tiene la opinión pública a su favor. Xavi miró para otro lado: Gavi y Nico van por delante de él incluso cuando el centro del campo está formado por cuatro hombres. Busquets y Frenkie son intocables.
Cara y cruz: Mingueza y Éric
Otro de los futbolistas que se quedó en el banquillo y no jugó ni un minuto fue Óscar Mingueza. El central y también lateral del FC Barcelona pagó cara su malísima actuación ante el RCD Espanyol en el anterior partido de Liga. Le marearon constantemente y Xavi le tomó la matrícula. Le ‘sancionó’ como buen policía. Ronald Araújo, hipotético central, ocupó su puesto natural haciendo gala de su potencial. El uruguayo tuvo la mala suerte de notar una rampa y tuvo que ser cambiado.
Mingueza, el peor del Barça ante el Espanyol / EFE
Esa fue la circunstancia que hizo que Xavi pensara en Éric García para entrar al césped del feudo catalán. Araújo no pudo continuar y entró el suplente. El ex del Manchester City tuvo más suerte, aunque chupó banquillo durante casi todo el encuentro junto a Luuk de Jong. Una estatua que no hace otra cosa que calentar la silla. Su figura es impensable con el cambio de técnico, ya que Ronald Koeman era el único que creía en él.