Final pasada por agua. El FC Barcelona ha dejado pasar una gran oportunidad para clasificar a los octavos de final de la Champions League, después de haber igualado contra el Benfica (0-0). Los dirigidos por Xavi Hernández tuvieron una buena intención con el esférico, especialmente por la velocidad de los ataques, pero nuevamente la falta de contundencia en el área rival ha pasado factura, un problema que se arrastra desde la salida de Messi y Griezmann, autores de 50 goles el curso pasado. El empate deja en una pésima posición al Barça, que ahora necesitará sumar puntos en casa del Bayern de Múnich para asegurar su presencia en la siguiente ronda del torneo continental.
Buenas intenciones, poca puntería
Buena presión alta y circulación rápida de balón. Con esas dos premisas y un cuarteto de percusionistas --Busquets, De Jong, Nico y Gavi-- dispuestos a marcar el ritmo en el Camp Nou, el Barça de Xavi Hernández afrontaba su primera final como entrenador azulgrana en su segundo partido oficial. Había que hacer los deberes para seguir vivos en la Champions League. Por detrás, resguardaban la portería Ter Stegen y una línea de tres centrales formada por Araujo, Piqué y Lenglet. En ataque, el técnico sorprendió con Jordi Alba y Demir como extremos, estando Memphis nuevamente en punta.
Nico González, protegiendo el balón contra un jugador del Benfica / FCB
Los primeros pasajes del enfrentamiento fueron realmente favorables para el equipo culé. La potencia física de los centrocampistas arrolló por un tramo largo al Benfica de Jorge Jesus, que no tuvo respuesta a la velocidad de esos ataques. Lo único que impidió que se moviese el marcador en la primera mitad fue la dificultad del FC Barcelona para concretar alguna de esas aproximaciones. La parcela ofensiva necesitaba dar un paso adelante.
Esa imposibilidad de cerrar las ocasiones más claras permitió que el cuadro portugués se fuera acercando con más confianza al arco de Ter Stegen. La jugada más clara de los visitantes fue en el minuto 35, cuando Otamendi logró sacudir las redes azulgranas con un potente disparo; aunque finalmente esa ocasión fue anulada porque el balón había salido en el saque de esquina previo a esa acción.
Yusuf Demir, en una acción en el Barça-Benfica / EFE
A pesar de ese susto, el Barça consiguió cerrar los primeros 45 minutos con una jugada importante a su favor. Sergio Busquets dio un pase magistral a Yusuf Demir, que llegó hasta el balcón del área y metió un increíble zurdazo que lamentablemente se estrelló en la cruceta. Ese balón había sido inalcanzable para el guardameta contrario, pero faltaron unos escasos centímetros para que representara la ventaja inicial.
Caída con orgullo
Nuevamente el FC Barcelona intentó replicar el plan de la primera mitad: circulaciones de mucha velocidad y verticalidad a través de las conducciones de Nico González. De esa forma, llegaron algunas situaciones potenciales en los metros finales. Aunque sin llegar a rematar con peligro al pórtico defendido por Vlachodimos, al menos en el tramo inicial de la segunda parte, los perores momentos del conjunto culé.
La desesperación del Barça se hizo sentir en algunos momentos del compromiso disputado en territorio catalán. Por varios minutos el equipo no logró inquietar al portero rival y eso incidió en que el Benfica tuviera espacios a su favor para algunos contragolpes peligrosos. Las acciones no culminaron con un disparo al arco de Ter Stegen, pero si significaron un aviso para los culés.
Éric García, con las manos en la cabeza, por el empate del Barça contra el Benfica / EFE
Esos problemas fueron detectados por Xavi Hernández, que decidió darle ingreso a Ousmane Dembelé. El francés, a los pocos segundos de pisar el terreno de juego, representó un cambio radical en los ataques del elenco local, debido a su velocidad en la banda derecha. En el minuto 67 mandó un gran centro al área que fue cabeceado por Frenkie de Jong, el cual exigió una increíble atajada del guardameta visitante.
La revolución de Dembelé para evitar la Europa League
Fue notable la insistencia del equipo en apostar por los ataques de Dembelé en el sector derecho del ataque. El extremo fue la única vía de los azulgranas en los metros finales. A pesar de todo, no hubo recompensa para el FC Barcelona, sobre todo con una jugada que protagonizo Ronald Araujo, que logró meter el balón dentro de las redes, pero estuvo en fuera de juego.
El equipo persistió hasta el final para buscar el épico gol, llegando al punto de dejar totalmente expuesta la línea defensiva. El Benfica tuvo una clara ocasión para llevarse la victoria del Camp Nou, pero un error en la definición salvó la vida a los culés. El pitido final del árbitro daba por sellada una noche amarga para el equipo de Xavi, que ve peligrar su acceso a los octavos de final de la Champions League. Con dos puntos más que el Benfica, los azulgranas dependen de sí mismos, pero deben lograr una victoria en Múnich ante auténticas máquinas de matar. El conjunto portugués, por su parte, está obligado a ganar al Dinamo de Kiev en casa. Empieza la cuenta atrás. Dos partidos y mucha presión. El Barça puede acabar en la Europa League.