El Barça enfrentaba este encuentro con más carencias que otra cosa. No iba sobrado si bien ocupaba una posición en la Liga algo rezagada. Enfrente tenía al Deportivo Alavés, un rival teóricamente inferior.
Sergi Barjuan en su primer encuentro con el Barça / EFE
Tras la destitución de Ronald Koeman, el que cogía las riendas en la cita liguera era Sergi Barjuan, con un once que apostaba por la cantera. Eso sí, el encuentro terminó en empate a uno con dos golazos de Memphis y de Luis Rioja. Reparto de puntos. La cosa sigue mal. Otro tropiezo.
Mismas caras, diferentes sensaciones
El Barça comenzó dominando un partido que contaba con más canteranos que otra cosa. Gavi volvía a la titularidad y Nico repetía tras su buen trabajo ante el Rayo Vallecano. Éric García formaba pareja de centrales con Piqué. La posesión era lo que tenían que conseguir los hombres de Sergi Barjuan. Memphis empezó enchufado y desbordó por banda izquierda: el peligro era constante. El Barça se parecía al Barça de toda la vida. Era otra cosa y eso que los jugadores son los mismos que hace tres días.
El Kun Agüero saliendo tras el susto / EFE
Juego rápido, triangulaciones y centros constantes. La primera no tardó en llegar. Éric García remató un centro desde un saque de esquina lanzado por Memphis que obligó a estirarse a Sivera. Fue la más clara de la primera parte. Ximo Navarro tuvo que ser cambiado por lesión por Aguirregabiria. ¡Qué mala suerte! La misma que el Kun en un disparo lejano que se marchó fuera. Buenas sensaciones de un Barça que mantenía el 4-3-3 de Ronald Koeman. El Alavés tuvo la primera a la media hora en un remate de cabeza que se fue lejos.
Memphis encara ante el Alavés / EFE
Luego llegó la salida de Agüero con una dolencia en el pecho y tuvo que entrar Coutinho en su lugar. El brasileño siguió a la suya (negativamente). El Camp Nou se asustó realmente, se sentía mareado. Muy poquito más de los de Sergi Barjuan, que acumulaban el ataque por la izquierda. La derecha fue muy poco frecuentada, es decir, Dest estaba out. Un Barça insistente no consiguió premio ante un buen Alavés con 37.000 espectadores en el Camp Nou.
Más acción en la segunda
La segunda mitad buscaba goles y espectáculo, algo que faltó en la primera. El encargado de revertir la situación fue Memphis Depay. El neerlandés marcó un tanto a lo Henry: con rosquita fuera del área buscando la escuadra. La encontró: ¡Menudo golazo! El Barça sonreía tras los días de tristeza. Eso sí, poco le duró la alegría ya que el Alavés empató de seguida. Un gol maradoniano de Luis Rioja. Comenzó una incursión en banda izquierda y se fue literalmente de todos regateando a Ter Stegen incluso. Tocaba reacción. Y la hubo. Las ocasiones no cesaban en los azulgranas con Gavi y Memphis de protagonistas. Jugada en la que el de Los Palacios se fue de todos y la cedió al neerlandés, que la picó y la expulsó el palo.
El gol de Luis Rioja regateando a Ter Stegen / EFE
Era un encuentro bastante accidentado en cuanto a lesiones: dos por equipo. Gerard Piqué sintió molestias musculares y tuvo que entrar Lenglet. Sergi aprovechó para que entrase Riqui por Gavi. El Barça lo intentó pero in éxito. Menearon la pelota de un lado al otro y no se consiguió el tanto deseado. Era un quiero y no puedo. Los catalanes acabaron el choque con un once repleto de canteranos. Un estreno decepcionante para el nuevo entrenador azulgrana. La vida sigue igual que con Koeman.