Nueva decepción en el Camp Nou. Nueva derrota de Ronald Koeman contra un grande. Tercer tropiezo del técnico frente al Real Madrid desde que entrena al Barça. En la pizarra, cuando se mide contra los grandes, la batalla táctica está perdida. Pero la culpa no es solamente del entrenador, sino también de una plantilla muy debilitada debido a unas decisiones económicas que podrían haber sido diferentes por parte de la junta directiva. El nuevo Barça de Laporta está sumido en la impotencia por diversos motivos.
El cuadro azulgrana acusa horrores la marcha de Leo Messi y, aunque muchos aficionados no lo echen de menos, también la de Antoine Griezmann, autor de 20 goles el curso pasado. El gol es la gran asignatura pendiente de este Barça.
No hay gol
Los que han llegado, Kun Agüero, Memphis Depay y Luuk de Jong, no están dando la talla. El primero aún tiene excusa, tras varios meses lesionado, y fue el único capaz de marcar al Real Madrid cuando el partido ya estaba visto para sentencia. Sin embargo, su estado de forma todavía genera muchas dudas. Ansu Fati, un joven de solo 18 años, es la gran esperanza culé para reconciliarse con el gol. Complicado.
Si no marcan los delanteros, menos todavía los escuderos. Sergiño Dest regaló un gol cantado que habría cambiado el partido. Los centrocampistas ofensivos, Gavi y Frenkie de Jong, tienen muchos problemas para disparar a portería. Lo mismo que le ocurría a Pedri antes de lesionarse. Coutinho es el único perfil medio con gol, pero su habitual apatía le convierte en un futbolista nada fiable. A su favor, cabe decir que mostró una actitud proactiva en el clásico que no se le veía en mucho tiempo. Insuficiente.
Los medios no disparan
Pero el problema no está solamente en el área rival. En defensa, el Barça de Koeman se sigue mostrando inseguro. Aunque ha habido mejorías, y cabe aplaudir la gran presión que durante los primeros 20 minutos ejerció el Barça sobre el Madrid, todavía queda mucho por mejorar. Esa presión debe durar más tiempo y, sobre todo, hay que tener mucho más criterio para jugar el balón una vez se recupera.
Es falta de criterio, con la preocupante pérdida de balones en zonas peligrosas, es la que acaba generando las ocasiones más claras del rival. En estos momentos, Busquets es el jugador con más clarividencia para evitar estas situaciones donde otros jugadores con peso como Sergi Roberto, Jordi Alba, De Jong o Depay siguen fallando.
Tampoco son necesarias las excursiones de Éric García, un futbolista aplaudido por su elegante salida de balón, pero que debe mejorar mucho física y mentalmente. Le falta velocidad, fuerza y juego aéreo. La anticipación de Lucas Vázquez en el segundo gol del Madrid es imperdonable. A nivel de concentración también tiene que ponerse las pilas y entender que ya no está en juveniles. Si sube a atacar, que tome precauciones, porque el Real Madrid es letal a la contra.
Vendidos atrás
Precisamente, evitar los contragolpes del rival es otra de las grandes asignaturas pendientes de Koeman. Con un Piqué lento, que prefiere no avanzar mucho las líneas, el equipo sufre demasiado y es penalizado cuando los defensas suben al ataque. De ahí las recientes discusiones con Busquets.
Ter Stegen y Éric García abortan una llegada peligrosa de Vinicius / EFE
Koeman, que estuvo acertado con la dupla Mingueza-Dest para tapar a Vinicius, debe encontrar soluciones ante este mal endémico que se ve agravado sin el mejor Ter Stegen. Su mal momento de acierto confirma la cruda realidad de un Barça que en la etapa final de Messi vivía de ser letal en las áreas y ahora que se ha vuelto endeble en esa faceta. Un Barça desnudo ante cualquier rival decente.