La crisis del Barça se debe explicar a partir de innumerables razones. Una de ellas es su incapacidad goleadora. Le cuesta un mundo al Barcelona hacer un gol. Parece que el conjunto culé tenga que bajar a la mina para conseguir el máximo premio en el fútbol y eso le está condenando en este inicio de temporada.
Delantera inexistente
El club azulgrana, por distintas razones, ha perdido en los últimos dos años a sus goleadores más implacables, Messi y Suárez. Sin su cuota de goles asegurada, el equipo se ha quedado huérfano en ataque. Memphis Depay, el nuevo fichaje, se ha caracterizado más por su desequilibrio que por su faceta goleadora. La marcha de Griezmann y las lesiones de Ansu Fati, Dembélé y Braitwhite han dejado desnudo al Barça en esa zona del campo. El nuevo fichaje de este año para la punta de ataque, Luuk De Jong, lleva solo un gol y ha resultado, hasta la fecha, un absoluto desastre. Agüero, inédito este año todavía, parece que va camino de dejar mejores momento en Twitch que en el terreno de juego.
Los jugadores del Barça cabizbajos en Da Luz / EFE
Prueba de ello es que el segundo máximo goleador del equipo en este inicio de temporada es Sergi Roberto con dos goles, por detrás de Depay que lleva tres. El segundo máximo anotador del Barça es uno de los jugadores que más cuestionado está por la afición, que no tiene la titularidad asegurada y que juega en la defensa o en el centro del campo. Este dato explica por sí solo la situación dramática en la que se encuentran los azulgrana en el apartado goleador este año.
Peor inicio goleador desde 2003
Esta sequía es casi inaudita en can Barça. La afición blaugrana está acostumbrada a ver desfilar a los mejores tridentes ofensivos del planeta y a celebrar sus goles en el Camp Nou. El Barça vive hoy uno de los peores arranques goleadores de su historia. Los azulgrana solo han anotado 11 goles en los 9 partidos disputados hasta ahora y se han marchado sin anotar ningún gol en cuatro ocasiones.
Para recordar una época así de aciaga con el gol hay que remontarse a la temporada 2003/2004. Durante el primer año de Frank Rijkaard, el Barça solo contaba con cinco goles en su casillero a estas alturas de temporada, una cifra más tétrica aún que la actual. Ese Barcelona también estaba presidido por Laporta. Aquella vez el presidente azulgrana supo remontar el vuelo, la situación ahora parece vez más crítica que en 2003 y Laporta tiene menos margen de maniobra por culpa de una economía que anda tiritando.