Joan Laporta, de manera muy personal y en contra de la opinión de muchos asesores y personas afines, descartó la opción de Xavi Hernández para liderar el nuevo proyecto deportivo del Barça al acabar la pasada temporada.
El presidente del Barça, muy indeciso, ratificó a Ronald Koeman como entrenador del primer equipo tras la negativa de Pep Guardiola de regresar al Camp Nou. Laporta optó por la continuidad del técnico neerlandés por los problemas de tesorería del club y la ausencia de un recambio que le sedujera. Sorprende que Xavi no encajara en sus planes.
Relación muy estrecha
Xavi y Laporta tuvieron una relación muy estrecha en la primera etapa del abogado barcelonés como presidente del Barça. Tenían buena sintonía y complicidad. En público, además, el máximo dirigente había proclamado que el ex centrocampista de Terrassa era el técnico ideal para el Barça. Asegura que era el más parecido a Guardiola por su profundo conocimiento del club y por su apuesta por un fútbol atrevido y atractivo.
Las relaciones entre Laporta y Xavi, sin embargo, se enfriaron cuando el primero anunció que aspiraba a la presidencia del Barça. El ex capitán ya se había comprometido con Víctor Font y no quiso romper con el empresario de Granollers, como deseaba el abogado barcelonés.
La encrucijada de Xavi
Xavi, según explican fuentes próximas al ex jugador del Barça, se encontró en una encrucijada. Agradecido a Font, que le ofrecía ser el máximo responsable técnico si era elegido presidente, no quiso romper con él. Sin embargo, tampoco pidió el voto para él y se mantuvo alejado de los focos mediáticos. Su silencio fue un regalo a Laporta, que ganó las elecciones con mucha autoridad.
Víctor Font, candidato a la presidencia del Barça, en un acto electoral. ARCHIVO
Tras ser proclamado presidente del Barça, Laporta cambió muchas piezas en el organigrama técnico del club. Algunas destituciones fueron sonadas. Por ejemplo, las de Xavi Pascual y David Barrufet en la sección de balonmano. También sorprendió el despido de Guillermo Amor y Xavier García Pimienta, entrenador del Barça B que llegó a sonar como técnico del primer equipo tras la destitución de Ernesto Valverde.
El técnico del filial
Laporta colocó a Sergi Barjuan en un cargo que no le importaría que hubiera ocupado Xavi. Otra cosa era el primer equipo. El presidente hizo caso omiso a las opiniones de personas muy próximas que le recomendaban que apostara por el ex capitán. Y, desde entonces, no ha habido contactos directos entre las dos partes para sorpresa y malestar del egarense y su entorno. Solo ha habido algún sondeo a través de terceras personas.
El presidente del Barça considera que la propuesta futbolística de Xavi encaja perfectamente con su idea. Sin embargo, duda de su gestión, de si tendría el suficiente carácter para tomar decisiones impopulares con los jugadores más veteranos de la plantilla como Piqué, Sergio Busquets, Jordi Alba y Sergi Roberto.
El Alex Ferguson del Barça
La rescisión del contrato de Koeman, que costaría entre 13 y 14 millones de euros, también juega en contra de Xavi. El actual entrenador del Al-Saad, además, pide plenos poderes como entrenador del Barça. Xavi quiere convertirse en el Alex Ferguson del Camp Nou y quiere trabajar con un equipo técnico de su total confianza, desde el segundo entrenador hasta el preparador físico.
Xavi aboga por una reestructuración total, por ejemplo, de los servicios médicos del club. Y, posiblemente, exigiría una amplia renovación de la plantilla al acabar la presente temporada. Sus peticiones no son económicas. Laporta, mientras, prefiere ganar tiempo y sueña con una apuesta personal parecida a la de Franz Rijkaard en 2003.