La rueda de prensa de Ronald Koeman tras el partido estuvo plagada de reproches. El más sonado el que le hizo a Nico por no perseguir a Lemar en el primer gol del Atlético de Madrid. Sin embargo, como ya ocurrió ante el Benfica, son muchas las voces que han señalado al mando desde el Banquillo en estas dos últimas derrotas
Los errores de Koeman
El entrenador no se libra tampoco de las críticas tras su paso por el Wanda. Su planteamiento volvió a dejar al desnudo las carencias del equipo. En primer lugar, el sistema 4-2-3-1 con el que dio entrada al equipo estaba diseñado para arropar y resaltar las características de Coutinho. El brasileño volvió a no estar a la altura, pero no solo eso. Esta decisión táctica debilitó y mucho a los azulgrana ya que, con este dibujo, De Jong fue desplazado a la banda derecha.
El jugador en mejor forma del equipo apenas pudo entrar en contacto con el juego ya que Koeman lo desnaturalizó completamente alejándolo de su zona de mayor influencia, el centro del campo. Quiso potenciar a Coutinho y al final acabó debilitando al equipo sacrificando al holandés
De Jong ante el Atlético/efe
La punta de ataque fue otro de los flancos débiles de los culés. Si bien es cierto que las lesiones y las ventas han dejado huérfana esa posición, situar a Memphis Depay como referencia hizo perder al equipo un puñal por la banda izquierda. El holandés es una amenaza cada vez que encara y desequilibra por el costado izquierdo. En el centro tuvo que pelarse a solas contra Savic y Giménez y, en esa guerra en solitario, volvió a perder de nuevo.
Descalabro defensivo
El equipo se desangró, sobre todo, a partir de la defensa. Joao Felix y Thomas Lemar fueron indetectables para la zaga culé. Una y otra vez el portugués y el francés hicieron lo que quisieron. El doble pivote de Busquets y Nico era insuficiente a la hora de generar las ayudas defensivas. Koeman tampoco encontró respuesta para tapar el boquete que tenían Araujo y Mingueza en el flanco derecho de la defensa. Una y otra vez se colaron los mediapuntas colchoneros por ese costado y así llegaron los dos goles. El desajuste entre Araujo y Mingueza que Koeman no supo corregir acabó condenando al equipo.
Busquets y Piqué discutiendo después del primer gol del Atlético / Redes
En cuanto a los cambios par revertir la situación, tampoco funcionaron. Volvió a usar a Sergi Roberto como revulsivo por la banda derecha y el movimiento resultó totalmente estéril. Envió a Coutinho como falso extremo a la banda izquierda y la jugada fue totalmente inocua. Ni Roberto conseguía entrar desde segunda línea ni el brasileño generó desequilibrio. Memphis se pasó el partido más pendiente de pelarse con los centrales rojiblancos que de poder jugar el balón. Koeman le privó casi todo el encuentro de la zona donde más cómodo se siente el holandés. Solo acertó Komean en darle entrada Ansu Fati para situarlo como delantero centro y amenazar un mínimo a la zaga de los del ‘cholo’ Siemone. Señaló Koeman a Nico tras acabar el partido, pero el encuentro empezó a perderse desde la pizarra horas antes.