Ronald Koeman ha cambiado la cara, pero el FC Barcelona sigue sin levantar cabeza. La noticia de su ratificación, anunciada por Joan Laporta pocas horas antes del Atlético-Barça, no sirvió para cambiar la dinámica de un equipo en horas bajas. Ni la noticia de su continuidad, que se venía resistiendo desde hace dos semanas tras un casting semi-público llevado a cabo por la directiva, ni el nuevo cambio de sistema que propuso el entrenador en el Metropolitano (volvió al 4-2-3-1 que funcionó contra el Levante), ayudó a revitalizar un equipo en descomposición.
Esto es lo que contestó al ser preguntado sobre las inesperadas palabras de Laporta: "Yo creo que ha estado bien porque anteriormente no había claridad en ese sentido. Nos hemos llamado ayer noche por teléfono, hoy por la mañana hemos hablado sobre el equipo, sobre el club y sobre mi tema... y he pedido a parte del club que den claridad sobre su entrenador. Es muy importante tener la confianza del entrenador y que el vestuario lo sepa. El presidente ha tomado esta decisión y deja claro a todo el mundo lo que hay. Esto es el Barça, hay que ganar partidos y esta presión siempre existe, a cualquier nivel. Pero el presidente ha hablado con su gente y ha tomado esta decisión esta tarde, así que perfecto".
Preguntado por qué ha pasado en estas últimas 24 horas para que cambie tanto la postura del presidente sobre él, Koeman no sabía qué contestar: "No lo sé, hay que preguntárselo a él". Aunque luego ahondó un poco más en la cuestión: "Nunca es tarde. Hoy se han dejado claras como son las cosas. Es importante decidir el camino que quieres. Si conmigo como entrenador o no. Y hoy lo ha hecho. Es importante. No se puede trabajar si no hay confianza en ese sentido".
Sin soluciones
"Sí, me siento respaldado. Por eso he hablado con el presidente. Tienes un feeling... donde él ve la situación cómo ha explicado. Pero también sé que todo depende mucho de los resultados. Esto es así para cualquier entrenador. Pero ha hecho lo que tenía que hacer", zanjó el técnico.
Busquets y Piqué discutiendo después del primer gol del Atlético / Redes
Pese a sus palabras, el entrenador no encuentra soluciones deportivas. Contra el Atlético cometió errores como insisitir en colocar a Memphis Depay por dentro, como punta, siendo más letal por banda izquierda. Apostó por un sistema hecho a medida de Coutinho, pero el brasileño no lo aprovechó. Alejó a De Jong del medio para acercarlo a la banda derecha, sonde perdió presencia en el juego, y dejó patente que no tiene grandes remedios para los evidentes desajustes defensivos con jugadores ya mayores, como Piqué y Busquets, que acabaron discutiendo.
Sin entrenadores
El técnico está más respaldado, pero le sigue faltando autocrítica y se enfrenta a un entorno que le sigue esperando con los cuchillos afilados. Su salida parecía cantada y, finalmente, Laporta opta por darle otro voto de confianza. Aunque la realidad es que no ha conseguido convencer a ningún entrenador decente para hacerse cargo del proyecto.