El Barça no es un equipo en construcción; es un equipo en descomposición. Una ruina. Es un grupo sin alma ni talento, una peligrosa fotocopia del Milan de la última década. Josep Maria Bartomeu no activó revolución alguna y Laporta tira de improvisación, renegando de Ronald Koeman pero sin mover ficha alguna. Con una plantilla descompensada y débil, el Barça deambula como un alma en pena por la Liga en una temporada que pinta mal.
Los resultados son crueles. El Barça solo ha ganado tres partidos de los siete que ha disputado en la Liga. De 21 puntos posibles solo ha ganado 12. En la Champions ha perdido por goleada los dos encuentros disputados. El balance es desolador para un Barça que no hace tanto ganaba con la gorra en España, cuando sumó ocho de 11 Ligas desde la llegada de Guardiola hasta la segunda temporada de Valverde.
El mensaje de Piqué
Gerard Piqué, el portavoz no oficial de la plantilla, ya avisó que el Barça no está para grandes gestas. “Esto es lo que hay”, fue su reacción después del decepcionante 0-3 contra el Bayern en el Camp Nou. Días más tarde, Koeman tiró más gasolina al fuego al cuestionar la calidad de su plantilla. El técnico está y no está, más pendiente de pactar su finiquito que de enderezar el rumbo.
Busquets y Piqué discutiendo después del primer gol del Atlético / Redes
En el Wanda Metropolitano, el Atlético supo esperar su oportunidad para asestarle dos golpes letales al Barça. Para noquerlo. El equipo de Simeone leyó perfectamente los desajustes entre Sergio Busquets, Piqué y Araujo, muy blandos en labores defensivas. Los goles de Lemar y Luis Suárez retrataron las carencias barcelonistas y premiaron a un Atlético mucho más trabajado tácticamente y, físicamente, infinitamente superior.
A cinco puntos del Atlético
A principios de octubre, el Barça ya está a cinco puntos del Atlético y puede ponerse a ocho del Real Madrid si el equipo blanco gana mañana en uno de sus campos favoritos: el del Espanyol. Real Sociedad, Sevilla, Osasuna, Rayo, Athletic y Valencia también superan a los azulgrana en la clasificación. Cierto es que al Barça le queda por disputar el partido que se aplazó en su visita a Sevilla.
Griezmann celebra la victoria del Atlético sobre el Barça / EFE
El panorama es desolador. Liga y Champions parecen ya dos sueños imposibles. Sin Messi, ni Griezmann, al Barça le cuesta horrores marcar un gol y encomendarse a chavales de 17 años no es de recibo para salvar los muebles. Gavi, Nico y hasta Ansu Fati deben ser complementos. Nunca las estrellas.
El Barça de Gaspart
El Barça de Laporta se parece mucho al Barça de Gaspart, que salvó su primera temporada como presidente con una espectacular chilena de Rivaldo en el último partido. El gol del astro brasileño contra el Valencia fue muy celebrado en el Camp Nou. Hubo invasión de campo mientras el ex presidente enloquecía en el palco. El premio fue la clasificación para la Champions, un objetivo que muchos firmarían hoy. El Barça actual no está para tirar petardos. Es un equipo menor, incapaz de rescatar a un club deprimido.