Ocurre que, en las crisis deportivas, cuando nada sale bien, incluso aquello jugadores de gran calidad y que han demostrado ser válidos para jugar en la élite son arrastrados por el mal momento que atraviesa el equipo y su nivel desciendo con el del equipo.
Perjudicado por Koeman
En el Barça está habiendo un claro perjudicado por esta caída libre que vive el club. Frenkie de Jong ha visto como su nivel de juego se ha ido diluyendo hasta pasar casi desapercibido. No se ha visto ni rastro en los últimos partidos de aquel jugador que la temporada pasada tanto ayudó al equipo en la sala de máquinas, que cubría todo el campo y que cargaba el área con sus desmarques de ruptura y entrando desde atrás.
El motivo de este bajón está en el banquillo. Los cambios de sistema para reactivar al equipo de Koeman han hecho desaparecer la mejor versión de Frenkie. En Lisboa, el holandés fue de lo poco rescatable del Barça en la primera parte, de los pocos que ofreció dinamismo y llegada en equipo culé, pero con el cambio por Piqué y el no cambio de sistema (3-5-2), Koeman decidió retrasarlo a la posición de central donde toda su aportación y sus puntos fuertes se evaporaron. Ya no hubo más De Jong.
Anoche, Koeman decidió empezar el partido con un 4-2-3-1, con tres mediapuntas por detrás de Memphis. De nuevo, De Jong fue el gran damnificado, el entrenador holandés escoró a Frenkie a la derecha y lo alejó del eje desde donde el parte para poblar el área y potenciar su llegada desde segunda línea. Aun así, el jugador holandés se descolgó en el ataque en alguna jugada y se le pudo ver intentando generar algo de peligro en el área colchonera.
No está el Barça para malgastar el poco talento de talla mundial que le queda en la plantilla. Debe cuidar y potencias las cualidades de los mejores jugadores que le quedan en plantilla si no quiere que la situación del club los empuje a buscar sitio en los equipos más punteros de Europa. El Barça debe cuidar a jugadores como Frenkie si quiere salir del agujero en el que se encuentra.