Uno de los factores más determinantes de la grave crisis que atraviesa el Barça se debe a los jugadores que no lograron alcanzar las expectativas que generaron su fichaje, por el cartel del futbolista y por el coste de la transacción.
La desaparición de Coutinho
El jugador que mejor representa esta situación es Philippe Coutinho. El brasileño llegó al Barça para sustituir a Neymar como el fichaje más caro de la historia del club. Ahora, poco queda ya de ese jugador descomunal, eléctrico y determinante al que Klopp se empeñó en no dejar marchar de Liverpool.
Parece Coutinho un jugador deprimido. Su esencia, plomiza, transmite exactamente la misma tristeza que el club en el que milita. Solo la grave lesión que sufrió en el menisco y que le tuvo apartado desde diciembre de 2020 le sirve como coartada al brasileño. Pero Cou tiene un problema, la afición se ha cansado de esperarle y, ni en su actitud ni en su fútbol se atisban brotes verdes que inviten al optimismo.
Coutinho en el partido contra el Granada / EFE
Ante el Atlético, las mejores ocasiones estuvieron en sus botas, la primera tras un disparo raso que salió lamiendo el poste y la segunda en un mano a mano, tras una buena jugada de Gavi, que Oblak desbarató. Pese a ser el protagonista de estas dos jugadas, Cou estuvo poco participativo en la circulación de balón del equipo.
La presencia de Messi siempre sirvió como argumento para asegurar que el argentino obigaba a alejar a otros jugadores de su su posición natural. En el partido del Wanda, Koeman diseño un dibujo propicio para el fútbol del ex del Liverpool, lo que obligó a desplazar a De Jong a la banda donde sus prestaciones bajan más de lo que el equipo se puede permitir.
La dinámica de los azulgrana tampoco ayuda a ver la mejor versión del brasileño. Sin embargo, Coutinho tiene un su mismo equipo un jugador como Ansu Fati, que también viene de sufrir una grave lesión y que, pese a la depresión del equipo culé, se ha revelado contra la existencia de la entidad y se ha empeñado en protagonizar ese papel de salvador que deberían asumir otros jugadores con más callo que los cadetes.
Coutinho disparando a portería contra el Bayern / FC Barcelona
Desde su regreso, Coutinho no ha sido capaz de anotar ningún gol y de producir ninguna asistencia. Se le acaban el tiempo y las excusas al brasileño. Los aficionados necesitan, de una vez, ver sobre el campo a ese jugador del Liverpool que obligó al club a pagar 160 millones de euros por él.