«Para mí llevar el ‘10’ no es una presión, es un orgullo». Así definió Ansu Fati como ha encajado heredar el dorsal del mejor jugador de la historia del club. Pese a que la comparación sea todavía prematura e injusta, es inevitable que los medios y la afición empiecen a especular y a equiparar el rendimiento de ambos.
Inicios similares
Era un secreto a voces que Leo Messi, desde que aterrizó en Barcelona con 13 años, estaba destinado a triunfar en el club. Ansu Fati desprende una sensación similar. Tiene ángel. En sus primeros 44 partidos como jugador del Barça, el joven canterano ha dejado número parecidos a los del astro argentino.
Ansu Fati en un entrenamiento / FCB
Leo disputó 2.396 minutos en las primeras 44 veces que se enfundó la camiseta del Barça. En ellos que anotó 13 goles. Una cifra que alcanzó con 19 años, cuando todavía no cargaba con el ‘10’ a las espaldas, por aquel entonces el crack argentino ya empezaba a maravillar con sus eslálones mientras Giuly veía como poco a poco le iba comiendo terreno de manera irremediable. En su partido número 44 frente al Levante, Fati alcanzó su gol número 14 con tan solo 18 años y con 2.022 minutos en sus piernas. Con estas cifras el delantero del Barça promedia un mejor ratio de goles por 90 minutos que el de Messi, un 0,49 del argentino por un 0,62 del bisauguineano. En cuanto al ratio de goles por partido ambos promedian un 0,3 tantos por encuentro.
El argentino tiene más puntería
El apartado en el que Leo sale mejor parado es en el de la precisión. La pulga solo necesitó 28 disparos a puerta para horadar la portería de sus rivales. Ansu ha disparado hasta en 68 ocasiones para por alcanzar los 14 goles.
Messi tenía a la edad del bisauguineano mejor afinada la puntería. Solo necesitaba dos disparos a puerta para marcar gol, mientras que Fati necesita disparar más del doble. Ansu celebra un gol cada cinco chutes a portería.
Ansu se queda sin padrinos
La eclosión de Messi se produjo bajo grandes estrellas como los mentores del rosarino. En sus inicios contó con la experiencia de grandes figuras como Eto’o, Deco, pero, sobre todo, Ronaldinho que estableció con él una relación paternofilial en el campo que ayudó al crecimiento del crack.
Ansu Fati y Leo Messi, celebrando un gol ante el Dinamo | EFE
Algo similar esperaba experimentar Ansu Fati que en sus primeros pasos como futbolista del primer equipo consiguió crear una buena sintonía con Leo, algo que no siempre es sencillo. La grave lesión del bisauguineano en noviembre de 2020 y la marcha este verano de la pulga han evitado esa posibilidad.
Ahora, el nuevo ‘10’ del Barça deberá empezar a dar sus primeros pasos como jugador del primer equipo en solitario, sin el amparo de un crack de talla mundial que le ayude a gatear en el Camp Nou. No solo eso, la afición espera de él que se convierta en el jugador insignia del club que lo devuelva al trono del fútbol que un día ocupó. Tiene una pesada tarea Ansu tras la vuelta de su retiro forzado.