Mucho se ha hablado del rol y la figura de Memphis Depay en este nuevo Barça sin Messi. La afición espera de él que sea uno de los jugadores insignia de esta nueva época que le ha tocado vivir al club.
Ante la marcha de la pulga y la grave lesión de Ansu Fati que le ha tenido apartado de los terrenos de juego 10 meses, los focos han apuntado directamente al holandés que, sin tiempo para aclimatarse, ha visto como una parroquia deseosa de nuevos ídolos ha puesto sobre sus hombros buena parte de la responsabilidad de la marcha del equipo.
Sus antecesores
Las comparaciones son odiosas, pero es inevitable preguntarse cómo les fue en sus primeros siete partidos a sus colegas de profesión en el club azulgrana. En estos primeros siete encuentros Memphis ha conseguido marcar en tres ocasiones y ha repartido una asistencia.
Samuel Eto’o llegó en el verano del 2004 al Camp Nou con buen cartel tras haber roto todos los registros goleadores en el Mallorca. Su inicio de temporada no defraudó a las expectativas y en sus primeros siete encuentros el camerunés anotó seis goles y dio una asistencia. Eto’o dejó patente su instinto goleador en un inicio que sería solo el principio de una etapa inolvidable en el Barça en la que consiguió dos Champions League y tres Ligas.
Tras un traspaso con el Inter de Milan difícil de entender por parte de la afición culé, Zlatan Ibrahimovic intercambió en 2009 ciudad y equipo con Samuel Eto’o. En el inicio de su breve etapa en can Barça, el sueco marcó cuatro goles y repartió dos asistencias en sus primeros siete partidos. El buen arranque de Zlatan fue poco a poco diluyéndose hasta el punto de que Guardiola decidió substituirlo por Bojan en los partidos más decisivos de la Liga y el delantero sueco acabó por romper la relación con el entrenador catalán. Sin embargo, Ibra se ganó un lugar en el corazón de los azulgrana con su gol al Real Madrid en su primer clásico y que, a la postre, le acabaría dando la Liga a los culés
Eto'o, exjugador del Barça / FCB
El baile de delanteros no se detuvo. Al verano siguiente llegó al club David Villa. El asturiano llegaba con un historial inmejorable. Campeón del mundo y de Europa con la selección y con unos registros goleadores apabullantes en el Valencia. El inicio del “Guaje” fue calcado al de Memphis, tres goles y una asistencia en siete partidos. Sin suerte con las lesiones, Villa se ha quedado para siempre en los recuerdos de la afición gracias a su doblete frente al Madrid en el 5 a 0 y su gol en la final de Champions de Wembley frente al Manchester United. No siempre es importante atiborrarse de goles que engorden las cifras individuales. Basta con anotar los necesarios y que golpeen con fuerza en el corazón de los aficionados.
En el verano de 2011, llegó al Camp Nou, procedente del Unidese Alexis Sánchez. El chileno despertó unas grandes expectativas con su fichaje. Sin embargo, pese a su diligencia, nunca llegó a cuajar en el Barça y su pobre inicio no hizo si no profetizar lo que acabaría siendo un futuro gris en el club. El tocopillano solo anotó un gol y dio una asistencia en sus primeros siete encuentros.
Luis Suárez lamenta una ocasión con el Barça / EFE
EL verano de 2014 estuvo marcado por el polémico fichaje de Luis Suarez. El urguayo vino al Barça con una sanción histórica colgando del brazo después de haber mordido a Chiellini en el Mundial de Brasil. Suarez, fiel a su estilo de empezar perezoso las temporadas, tardó en encontrar su idilio con el gol. En los primeros siete encuentros el charrúa solo anotó un gol y destacó más en el apartado de asistencias, repartió cuatro. Lo que le sitúa con un inicio de etapa en el Barça peor de que el de Memphis. Suárez acabaría siendo el tercer máximo goleador de la historia del club. No siempre los inicios rancios son sinónimo de malas historias.
No solo goles y asistencias
Las cifras arriba mencionadas no hablan de un aspecto fundamental. Excpeto Eto’o, el resto de delanteros ficharon por el Barça entre 2009 y 2012. Es decir, durante la época más dorada del club. Todo lo contrario que el holandés que ha tenido que adaptarse a un club en remodelación y sacudido por una crisis económica y deportiva histórica. Depay no puede combinar ni gozar de los regates y las asistencias de Xavi, Iniesta o Messi.
El rendimiento hasta ahora del holandés no debe medirse solo estrictamente por las cifras. Depay ha sido de los pocos jugadores que ha demostrado hambre y vigor en los últimos partidos donde el Barça se tambaleó. Duarante este inicio ha dado muestras de su calidad y su desborde, estadísticas que no son tan llamativas como los goles y las asistencias, pero cuya aportación se antoja vital para el equipo. Con la recuperación de Ansu y Dembélé llamando a la puerta de la recuperación, habrá que ver si las cifras de Memphis mejoran gracias a un mejor arropamiento.