El FC Barcelona es un poco más feliz. Esa es la conclusión del partido de ayer ante el Levante en el que los azulgranas le endosaron un 3-0. Fue implacable. No hubo rival sobre el campo, ya que la superioridad culé era algo evidente. Sin embargo, ese trío de goles podría haber sido mayor si algunos de los jugadores no hubieran pecado de individualistas en ciertas jugadas de ataque.
Jugadas de todos los colores, chutes desde todos los rincones del campo. Siempre pisando área rival. El Barça jugó un partido muy completo y se notó. Algunos medios lo calificaron como “el mejor partido de la temporada” hasta el momento. Memphis disparó a puerta en numerosas ocasiones, Dest estuvo muy activo, e incluso Riqui. Algunos fueron egoístas al no pasar el balón en ciertas circunstancias.
Memphis autor del primer gol ante el Levante / EFE
Ese fue el ejemplo de Riqui Puig, que salió al terreno de juego por Coutinho. Fue en el minuto 59 de partido, cuando ya iba 2-0. Todo estaba controlado pero el brasileño no ofrecía su mejor versión. El catalán hizo una obra de arte en forma de jugada individual. Se fue de todos y se plantó solo ante el meta levantino. Teniendo a Dest al lado para regalarle el gol, erró en su decisión y desperdició un tanto más. Se marchó fuera. A todo ello, el medio fue ovacionado y aclamado por el Camp Nou.
Dest, Memphis y Coutinho: el ataque
Fueron el trío atacante que más amenazó la portería rival. El americano culminó un gran partido en cuanto a incidencia se refiere. Fue incisivo desde la banda izquierda, posición inusual. Fue el su mejor partido hasta la fecha desde un costado que no es el suyo. Dest chutó en varias ocasiones pero se encontró con obstáculos contrarios siempre.
Ansu, Memphis y Coutinho celebrando un gol / FC Barcelona
Memphis Depay fue el mejor. Manejó el ataque blaugrana desde la izquierda, aunque alguna vez se metió al centro. No estuvo de nueve puro ya que la presencia de Luuk de Jong le hacía ocupar ese rol. Provocó la pena máxima con un trío de regates a lo Messi. Después fue de los que más desequilibró. Regatea, piensa, baja la bola. Solamente transformó un gol, pero pudieron ser varios. Cabeceó un centro de Óscar Mingueza provocando el paradón del portero. Es muy completo. Y solo es el principio.
Sergiño Dest en una acción contra el Granada / FC Barcelona
Coutinho pecó también de individualista. Fue el que menos incidencia tuvo. La toma de decisiones no fue la más adecuada frente a situaciones que requerían un pase a un compañero. Fue cambiado por Riqui al haber jugado una hora de juego y fue pitado por el público del Camp Nou. Se desperdiciaron muchas ocasiones para endosarle una manita al Levante. Los valencianos no pusieron resistencia frente a la ofensiva culé. El domingo tuvieron el día y el resultado favorable no peligró en ningún momento. La guinda del pastel fue la presencia de Ansu Fati, que volvió y marcó. Felicidad máxima.