¡Cómo ha jugado el Barça de bien! Ha sido una auténtica exhibición. La victoria de los azulgranas ante el Levante ha supuesto un chorro de energía que seguro que será muy bien recibida por Ronald Koeman, entrenador neerlandés. Sin embargo, hubo una nota negativa: la pitada que recibió Coutinho.
El Barça celebra un gol ante el Levante / EFE
El brasileño gozó de la titularidad que le dio Koeman ante los granotas. Era un partido que servía para que los culés recuperasen sensaciones de cara al futuro. Fue así realmente en líneas generales, pero no para Philippe Coutinho. El internacional con la canarinha fue sustituido en el minuto 59. El Camp Nou es un estadio exigente y esta tarde lo ha demostrado: pitada al crack.
Una hora de partido fue lo que duró Coutinho en el terreno de juego. Fue cambiado por Riqui Puig al minuto 59. Mientras se dirigía al banquillo se pudieron escuchar muchos silbidos de una afición muy descontenta con su rendimiento.
La vuelta de Coutinho
Han sido muchos los meses que han pasado desde que Coutinho volvió de su lesión. Ha sido un jugador que no ha terminado de arrancar. Su estreno fue ante el Granada. Gozó de una titularidad muy esperada pero su talento brilló por su ausencia.
Coutinho en el partido contra el Granada / EFE
Después fue el turno del Cádiz. Salió desde el banquillo ya que Demir y Luuk acompañaron al fijo Memphis Depay. Su incidencia en el juego fue de risa. Está en el disparadero y puede ver cómo otros jugadores como Ansu Fati le pueden quitar el puesto una vez haya alcanzado el rodaje necesario.
El otro culé pitado
No es la primera vez que un jugador del FC Barcelona es pitado a raíz del dictamen del Camp Nou. La afición culé llevaba mucho tiempo sin asistir al estadio y le ha hecho ser más dura que nunca.
Samuel Umtiti durante la presentación del equipo en el trofeo Joan Gamper / EFE
El otro hombre del vestuario culé que fue silbado fuertemente es Samuel Umtiti. El defensa del Barça fue señalado por el público en el trofeo Joan Gamper que se disputó ante la Juventus de Turín. El francés era uno de los que la afición veía fuera, ya que se había hartado de él. Además, su sueldo tan elevado le hacía culpable de la marcha de Leo Messi al París Saint Germain.