El FC Barcelona no consiguió pasar del empate a cero contra el Cádiz en el Nuevo Mirandilla. Para los azulgranas era más que un simple partido: venían de dos resbalones --contra Bayern de Múnich y Granada-- y Ronald Koeman se jugaba su futuro. Aunque lo intentaron y la imagen mejoró respecto encuentros anteriores, el gol no llegó.
Como era de imaginar, el conjunto de Álvaro Cervera apostó por un planteamiento defensivo, cediendo el balón a los visitantes y encerrándose en torno al área. Su sistema de juego se basa en el contraataque y así lo pusieron en práctica. Solamente acumularon el 31,9% de posesión por el 68,1% por parte culé.
Fali luchando un balón con Demir / FC Barcelona
Pese a esa poca posesión, fueron los gaditanos quienes más remataron a portería. En los 90 minutos, remataron en 13 ocasiones, más del doble que el Barça (6). Los locales exigieron al máximo a Marc-André Ter Stegen y vuelve a dar la sensación que, pese haber mejorado defensivamente, es fácil crear peligro a los azulgranas.
Álvaro Negredo creó la mejor ocasión con un buen disparo desde la frontal del área nada más empezar la segunda parte. Aunque Memphis Depay tuvo un par de goles en sus botas en la segunda mitad, no hubo suerte. Es significativo que el encuentro terminará en el área azulgrana, con una peligrosa falta lateral a favor de los locales.
Mitad de faltas, una expulsión
Si comparamos el número de faltas y las tarjetas mostradas, también hay alguna sorpresa. El Cádiz, que basa su juego en un sistema defensivo y un estilo duro, cometió el doble de infracciones que los azulgranas (16 a 8). A pesar de eso, el número de tarjetas amarillas no se corresponde.
De Jong siendo expulsado contra el Cádiz / FC Barcelona
Los gaditanos vieron tres tarjetas amarillas, dos de ellas en los últimos minutos, mientras que los culés, cuatro. Frenkie de Jong vio dos amonestaciones, que significaron la expulsión, en apenas cuatro minutos. Por quejas, también la vio Sergi Roberto y, en los minutos finales, Sergio Busquets.