La noche del FC Barcelona ha terminado con más dudas que certezas. El elenco azulgrana no tuvo el suficiente juego ofensivo para pasar del empate (1-1) ante el Granada de Robert Moreno. Los dirigidos por Ronald Koeman abusaron enormemente de los centros en todo el partido; por esa razón, el neerlandés decidió apostar por Gerard Piqué como una referencia en el área, aunque sin ningún éxito.
Gerard Piqué se resiente de un golpe ante el Granada / EFE
El central catalán ingresó en el minuto 75 por Yusuf Demir, en un tramo de partido en el que el Barça apenas estaba construyendo en los carriles internos. Con el pasar de los minutos fueron intensificando su plan de mandar balones aéreos, por lo que la presencia de Piqué podía ser de ayuda para salir de esa derrota momentánea. Sin embargo, apenas consiguió ser útil en ese sentido.
Si bien es cierto que la pizarra de Koeman no permitió a sus futbolistas contar con ventaja en la mayoría de las jugadas, especialmente en la construcción de esos centros al área contraria, la realidad es que Piqué no tuvo la contundencia para hacerse sentir en esos momentos de mayor adversidad. Una diferencia notable si lo comparamos con Ronald Araujo, que desde el comienzo del enfrentamiento estaba siendo una de las pocas certezas en ataque de los blaugranas y fue el líder del empate final.
Gerard Piqué y Ronald Araujo, el contraste generacional en la defensa del Barça / EFE
Sobreexplotación
La peor noticia del Barça durante el partido ante el Granada fue la poca creatividad en ataque. Los jugadores no encontraron la fórmula para superar el bloque y las vigilancias internas del rival, por lo que el camino a seguir fueron los constantes centros y alguna segunda jugada que pudiera ser aprovechada. El director técnico neerlandés apostó por el defensor catalán para esa misión, entendiendo que era la única manera de igualar las acciones en el marcador.
Un tipo de plan que parece que podría volver a repetirse, al menos hasta que algunos futbolistas terminen su proceso de recuperación. Como es el caso de Ansu Fati y Ousmane Dembelé, dos nombres que representan un perfil más punzante para los metros finales y que añadirían variedad al predecible ataque del FC Barcelona. De esa forma, no tendrán que seguir improvisando con Araujo o Piqué para ser los hombres responsables del gol.
El grito de gol de Ronald Araujo para el empate ante el Granada / EFE
A la espera
Ronald Koeman hizo otra vez mención de la importancia de contar nuevamente con esos jugadores para fortalecer la idea del colectivo. "No teníamos velocidad en banda, porque Coutinho es un jugador que va para dentro. Demir tampoco va mucho en profundidad. Con Ansu y Dembelé tendríamos más profundidad. Todo depende de los jugadores que nos faltan. Y nos faltan los que desequilibran en acciones individuales. Queremos jugar desde nuestro estilo, pero si el partido pide un cambio en un momento dado hay que hacerlo... yo creo que hemos hecho un gran partido”, analizó ante los medios de comunicación.