Ya se sabe que Gerard Piqué es un futbolista diferente. No le tiembla la voz al hablar ante los medios, tiene una vida empresarial fuera de los terrenos de juego y suele ir un paso por delante del resto de sus compañeros en muchos aspectos. Un nuevo ejemplo de esto último se vio durante el verano con la rebaja salarial planteada por Joan Laporta.
El FC Barcelona estaba en una situación muy delicada. Si no había un ahorro en los salarios no era posible la inscripción de algunos fichajes llegados este verano como Memphis Depay o Éric García. Un día antes del debut liguero contra la Real Sociedad se anunció que estos podían ser inscritos gracias a que el central había renunciado a parte de sus emolumentos.
Piqué durante el Gamper / FC Barcelona
“He nacido aquí y he vivido en Barcelona toda la vida. Años siendo jugador. El gesto es el que tocaba, siempre he estado en contacto con los demás capitanes del equipo. Sé que darán el paso en breve. Un problema de timing ha supuesto que sea yo el primero. Los capitanes teníamos la intención de ajustarnos a lo que el club requería. Es la decisión tomada y estamos orgullosos de hacerlo. Seguimos con ganas de seguir ganando títulos”, comentó entonces.
Un paso por delante
Piqué tuvo la habilidad de hacerlo justo antes del debut liguero, ganándose así el favor del público, que le ovacionó cuando salió al Camp Nou. En cambio, el resto de sus compañeros de capitanía fueron silbados al no haber hecho todavía un gesto que llegaría días después. También debían ceder y era cuestión de tiempo que lo hicieran.
A finales de agosto el Barça oficializó la rebaja de salario de Sergio Busquets y Jordi Alba, aunque el público ya les tenía tomada la matrícula. A quien todavía no han perdonado es Sergi Roberto, fuertemente silbado este martes por parte de la afición, que está negociando su renovación. El polivalente jugador ha sido el principal señalado por la afición.
Busquets y Jordi Alba, en un montaje / Culemanía
Y no es la única
Piqué también cogió la delantera hace aproximadamente un año. Antes de negociar una rebaja salarial colectiva, el central llegó a un acuerdo con la junta directiva de Josep Maria Bartomeu para prolongar su contrato y rebajarse el sueldo esa temporada. Firmó su renovación hasta 2024, mientras que otros de sus compañeros --Marc-André Ter Stegen, Clement Lenglet y Frenkie de Jong-- lo hicieron hasta 2026.
Este hecho provocó episodios de tensión dentro del vestuario pues debilitó la imagen de los demás pesos pesados para negociar una adecuación salarial colectiva que terminó firmándose en diciembre de 2020. El 3 era un caso aparte, pues ya la había negociado con la junta directiva anterior.