El FC Barcelona ha comenzado su andar en la UEFA Champions League con una imagen decepcionante. Los pupilos dirigidos por Ronald Koeman fueron superados claramente (0-3) por el Bayern de Múnich. Fue un partido en el que trataron de minimizar la mayor cantidad de riesgos posibles, pero que irónicamente cometieron errores que abrieron la puerta a los ataques más peligrosos del contrario.
El director técnico neerlandés salió con el siguiente once para el estreno en la torneo europeo 2021-22: Ter Stegen; Piqué, Araújo, Jordi Alba, Éric García, Sergi Roberto; Busquets, Frenkie de Jong, Pedri; Memphis Depay y Luuk de Jong. Los elegidos buscaron protegerse lo máximo posible, aunque dejando muchísimo a deber en la parcela ofensiva.
Primer tiempo de mínimos
Los futbolistas azulgranas salieron al terreno de juego con mucha concentración de por medio. El rival buscó incomodar en gran parte de los primeros 15 minutos con una presión alta, pero lograron salir en varias oportunidades gracias a las conducciones y movimientos de nombres como Frenkie de Jong y Memphis Depay. Encontraron espacios para correr que pudieron significar alguna aproximación interesante.
Una disputa de balón entre Kimmich y Frenkie de Jong / EFE
Como es costumbre, el Bayern de Nagelsmann intentó atacar con numerosos efectivos en los metros finales. En el minuto 18 fabricaron su primera ocasión peligrosa del partido tras un centro que despejó la defensa culé, pero que terminó cayendo en los pies de Leroy Sané. El disparo del atacante tuvo como barrera la mano firme del guardameta Ter Stegen.
La primera anotación del compromiso llegaría por un error desafortunado del FC Barcelona. Los bávaros se habían acercado después de algunas equivocaciones de su rival, hasta que finalmente un disparo lejano de Thomas Muller en el minuto 38 abrió el marcador de la noche. Ese derechazo del delantero encontró en el camino un desvío en Éric García que fue suficiente para confundir al portero azulgrana.
En el resto del primer tiempo, los pupilos de Ronald Koeman buscaron igualar las acciones a partir de las conducciones por dentro de Frenkie y Memphis. La mayoría de esas jugadas a campo abierto alcanzaban a Jordi Alba para que posteriormente realizara un centro peligroso dentro del área contraria, pero no ubicó a los posibles rematadores que atacaban esa zona.
Ronald Koeman, con los brazos alzados, en el partido ante el Bayern / EFE
De esa forma culminaban los primeros 45 minutos, con un FC Barcelona que insistió en asumir pocos riesgos en la salida de balón. Esa postura del cuerpo técnico fue con la intención de impedir las aproximaciones del Bayern, pero igualmente cometieron ciertos errores que rompieron ese plan de partido.
Nula respuesta
El guión de la segunda parte repetiría los mismos patrones que antes: el conjunto alemán presionando en campo rival, mientras que los blaugranas intentaron salir en transición en campo abierto. Sin embargo, esas acciones fueron repelidas por la zaga defensiva sin dejar alguna segunda jugada que pudieran aprovechar los locales.
Esa poca respuesta del Barça tuvo como consecuencia el segundo tanto del compromiso. Los dirigidos por Nagelsmann mantuvieron por un tramo largo a la defensa contraria cerca de Ter Stegen, hasta que finalmente tuvieron su ocasión en los pies de Robert Lewandowski en el minuto 56. El balón llegó directo a la posición del polaco tras rebotar en el poste en un fuerte disparo de Musiala, la acción culminó con el delantero enviándolo tranquilamente al fondo de las redes sin oposición alguna.
La celebración de Lewandoswki tras anotar el segundo gol del partido / EFE
Ronald Koeman agitó el árbol con varias sustituciones, entre las que destacan las de Coutinho, Demir, Gavi y Baldé. Los tres últimos debutando oficialmente en un partido de Champions League. Pero los problemas en ataque continuaron por el mismo camino, en donde casi todas las insinuaciones fueron con las subidas del lateral izquierdo que culminaron con centros sin muchas complicaciones.
El Bayern de Múnich cerraría su gran noche atacando el bloque cada vez más endeble y separado de los azulgranas. Nuevamente con una jugada relativamente parecida al del segundo gol. En este caso (minuto 85) fue Gnabry quien remató con dirección al poste del arco de Ter Stegen, el posterior rebote le quedó a Lewandowski y, después de haberse quitado con facilidad la marca de Gerard Piqué, disparó con fuerza para el 0-3 definitivo.
Mediocridad ofensiva
Una de las noticias más negativas del primer partido de la fase de grupos del FC Barcelona es la escasa creatividad en el frente de ataque. Los de Koeman finalizaron el enfrenamiento con la triste cifra de 0 disparos al arco. Una estadística que resalta los problemas que tiene el conjunto culé en términos de talento ofensivo, lo cual también obliga al cuerpo técnico a realizar un trabajo arduo en las siguientes semanas si no quieren sufrir en la primera ronda del torneo europeo.