Antoine Griezmann fue una de las bombas del último día del mercado de fichajes veraniegos. Pasada la medianoche, el FC Barcelona anunció que el francés salía cedido al Atlético de Madrid por una temporada, con otra de opcional, más una obligación de compra al finalizar el curso 2020-21.
También se conocen detalles económicos. Trascendió que, por el año de préstamo, los culés percibirán 10 millones de euros a parte de ahorrarse la ficha salarial. La obligación de compra que deberán abonar los colchoneros el 30 de junio de 2022 será de 40 millones de euros.
Antoine Griezmann en el Camp Nou, en su último partido con la camiseta del Barça / EFE
Antoine Griezmann en el Camp Nou, en su último partido con la camiseta del Barça / EFE
Varios medios de comunicación han informado que la compra no es obligatoria, sino que está ligada al número de partidos que dispute Griezmann la próxima temporada con los madrileños. Es solo una cláusula y su precio es de 40 millones de euros. Si no se cumple, la cesión se podría alargar otra temporada más. En ningún caso volvería al Barça.
Comunicados diferentes
Los comunicados de Barça y Atlético dieron informaciones distintas sobre la cesión del francés. Los culés explicaron que “El FC Barcelona y el Atlético de Madrid han llegado a un acuerdo para la cesión de Antoine Griezmann para una temporada más otra opcional. El conjunto madrileño se hace cargo de la ficha del jugador y tiene una opción de compra obligatoria”.
Por parte colchonera no se comenta ninguna obligación: “El internacional francés regresa a la disciplina rojiblanca después del acuerdo alcanzado entre el Atlético y el Barcelona para la cesión del atacante por una temporada con opción de otra prorrogable por cualquiera de las dos partes”.
El Atlético de Madrid ya vende las camisetas de Griezmann / Atlético de Madrid
El Atlético de Madrid ya vende las camisetas de Griezmann / Atlético de Madrid
Así pues, el punto divergente ente ambos comunicados es la compra obligatoria. Todo apunta que el hecho que se pague un traspaso por El Principito dependerá de un condicionante de fácil cumplimiento. Una vez se alcance ese objetivo, los madrileños deberán abonar los 40 millones de euros.