La paciencia tiene un límite. En un club como el Barça las oportunidades hay que aprovecharlas: los minutos son escasos y son muchos los jugadores que optan a disputarlos. Pero para hacerlo hay rendir a un nivel mínimo.
El primer amistoso del curso, que se saldó con una goleada ante el flojo Nàstic (4-0), dejó varias certezas. Algún canterano del B pide a gritos subir con el primer equipo, otro joven jugador reclama su sitio y luego están los que, ya a las primeras de cambio, han demostrado que su tiempo en el Barça se ha acabado.
Intrascendente y sin ritmo
En el encuentro en el Johan Cruyff, Miralem Pjanic salió de inicio. El bosnio figura entre los escasos jugadores del primer equipo que llevan entrenando con el grupo desde el primer día de la pretemporada. Pero ni con esas el ex de la Juventus ofrece argumentos a Ronald Koeman para que confíe en él.
Miralem Pjanic en una acción contra el Nàstic, en la pretemporada / FCB
El mediocampista fue de los peores jugadores del Barça sobre el césped en la primera parte contra el Nàstic. Intrascendente y sin ritmo, el balcánico pasa desapercibido en los partidos, incluso cuando los rivales que hay enfrente son netamente inferiores. El juego de Pjanic palidecía ante el dinamismo de Riqui Puig y el ímpetu en ataque de Sergi Roberto, sus dos compañeros en el medio campo.
El problema está en que esto no es nada nuevo. El curso pasado, en su primer año como blaugrana, el de Tuzla cuajó una temporada para olvidar. Incluso en una temporada de cierta transición, en la que el Barça tuvo que tirar de jóvenes sin experiencia para sacar adelante el curso, el ya veterano jugador bosnio (31 años) no pudo sacar la cabeza.
Una operación fallida
Con la perspectiva que da el tiempo pasado dede su fichaje, ya se puede decir que la llegada de Pjanic fue otra operación fallida de la junta de Josep Maria Bartomeu. En el verano del año pasado el Barça intercambió al brasileño Arthur, que aterrizó así en la Juventus de Turín, por el bosnio. En el traspaso hubo transacción económica, con una plusvalía de 12 millones para los culés, que ayudó a cuadrar las cuentas del curso.
Arthur y Pjanic, en un montaje | REDES
Pero deportivamente el intercambio ha resultado ser un fracaso. El Barça buscaba, con la experiencia de Pjanic, un rendimiento inmediato que no ha encontrado, y al mismo tiempo dejaba escapara a un joven jugador (24) con mucho potencial de crecimiento.
El brasileño tampoco ha cuajado una buena temporada inicial con la Juve -acaba de ser operado además de una lesión y estará tres meses de baja-, pero el caso de bosnio es todavía más grave. Ni está ni se le espera.