El FC Barcelona no es el único club de la élite que está atravesando problemas económicos. Delante de la situación provocada por la pandemia del COVID-19, muchos de estos clubes optan por otras formas de negocio más alejadas de los fichajes tradicionales. Una de las principales vías alternativas es el intercambio (o trueque) de jugadores, algo en lo que el Barça, como admitía ayer el propio presidente, está interesado en hacer.
Celebración de los jugadores del Barça después de un gol / EFE
El mayor problema que tiene ahora mismo Laporta es la elevadísima masa salarial de la plantilla del primer equipo, para lo cual se ha propuesto buscar salidas mediante estos cambios de cromos. El principal escollo son estos mismos salarios, que no serán equiparados en otros clubes, pese a que pudiera haber interés en los jugadores.
Si por algo se caracterizó el Barça de Bartomeu fue por renovar al alza y por usar salarios atractivos para fichar a jugadores. Esta herencia es la que ahora hace que jugadores como Lenglet, Coutinho, Umtiti o Sergi Roberto, cuyo rendimiento está lejos de corresponderse con el salario que cobran, prefieran quedarse en el club que optar por alternativas donde perderían dinero.
El pasado no invita al optimismo
El último ejemplo que recuerda el Barça en esta línea es el intercambio entre Pjanic y Arthur, el cual no se puede decir que haya sido un éxito ni para el conjunto catalán, ni para el club del norte de Italia.
Pjanic, en un partido con el Barça / EFE
El Barça, sin embargo, seguirá intentando usar jugadores como moneda de cambio, ya sea para recibir otros jugadores a cambio o para abaratar el coste de otros. Lo hará, eso sí, más por obligación que por preferencia. En este sentido, nombres que suenan como posibles cromos son Emerson, fichado recientemente del Betis, o Junior Firpo, a quien el club busca salida desde hace tiempo. Ambos podrían recalar en equipos de la Serie A.