El plan de Joan Laporta para uno de los mercados de fichajes más relevantes de la historia reciente del Barça ya ha empezado. El fichaje del Kun Agüero es la primera piedra de un puzzle que se antoja tremendamente difícil de completar. Pese a la compleja situación económica, la intención de la nueva junta directiva es priorizar la llegada durante este mes de junio de varias incorporaciones cuyas negociaciones están prácticamente definidas.
Los próximos en cerrarse serán esta misma semana los de Éric García y Emerson Royal. El acuerdo está ya hecho y solo falta hacerlo oficial. Entonces, se decidirá sobre un Ronald Koeman que cada vez tiene más números de seguir un año más en el Camp Nou. Precisamente, el ratificar al holandés sería el paso definitivo para que las negociaciones con Memphis Depay y Wijnaldum lleguen a buen puerto, e incluso puedan cerrarse antes de la Eurocopa, evitando así que se revaloricen y que otros grandes de Europa lancen una ofensiva por ellos.
Laporta, en la presentación de Agüero / EFE
La intención de Laporta y su equipo es poder hacer oficial los fichajes que llegan libres antes de que empiecen los torneos de selecciones este verano, para alejar las tentativas de otras superpotencias. En este caso, el Barça también está estudiando la llegada de Donnarumma, que finaliza su contrato con el Milán el 30 de junio. Una evidente oportunidad de mercado. Raiola se lo ha ofrecido al club blaugrana, que lo contempla como una alternativa seria para Ter Stegen. Y si no, siempre se podría considerar su venta en próximos mercados.
Las salidas, a la espera de la auditoría
Resulta sorprendente que, teniendo en cuenta los problemas de tesorería del club, Laporta esté priorizando los fichajes en este mercado. El principal motivo es que la mayoría de ellos se consideran asumibles porque llegan gratis, o teniendo que pagar una pequeña cantidad de traspaso. Eso sí, hay que incidir en que a parte de estos cinco, la entidad blaugrana tendrá difícil conseguir algún refuerzo más.
Sobre todo porque la publicación de las conclusiones de la auditoría económica interna, prevista para julio, será el detonante de la limpieza que necesitará Laporta para reducir la masa salarial. Se espera que las pérdidas superen los 350 millones de euros. Lo que significará que una reducción de salarios o la venta de varios futbolistas será determinante para equilibrar los números.
Laporta saludando a Messi el día de la foto oficial / FC Barcelona
La intención de Laporta es que, una vez sepa con exactitud las cantidades en las que se mueve actualmente el Barça, pueda ponerse manos a la obra con las salidas. Pocos jugadores son considerados intransferibles. Incluso varios pesos pesados, como Piqué, Busquets, Jordi Alba o Sergi Roberto podrían marcharse si no acceden a una importante rebaja salarial y aceptan un rol menos protagonista en el equipo.
Eso sí, la directiva tiene claras las prioridades: deshacerse de contratos tóxicos y que aportan poco al vestuario, como Pjanic, Firpo, Neto o Umtiti; tratar de conseguir una gran venta con Griezmann, Lenglet, Trincao o Dembelé, este último en caso de que no renueve su contrato en las próximas semanas; o incluso aprovechar estos jugadores que están en la rampa de salida para cerrar un trueque y reforzar la plantilla. Lo que está claro es que le espera un verano especialmente movido, aunque Laporta parece tener claros los pasos a seguir para llevar a cabo su revolución.