El Barça protagonizó una derrota imperdonable ante el Celta en el Camp Nou (1-2) y dijo adiós a la temporada de la peor manera posible. Los de Koeman se mostraron como un equipo sin garra, sin ambición y completamente superado. Joan Laporta ha tomado nota de la insuficiente fase final del curso de la plantilla blaugrana, y ya tiene en el punto de mira a los jugadores que formarán parte de la limpieza este verano

Tremendamente discutido sale también el técnico holandés, que ha demostrado una evidente incapacidad de dar la vuelta a los partidos. El entrenador del Barça ha hecho un gran trabajo a la hora de hacer crecer a los jóvenes, pero muchos de sus métodos no convencen a la actual directiva. 

Messi lamentando una ocasión contra el Celta / EFE

Messi lamentando una ocasión contra el Celta / EFE

Contra el Levante, volvió a plantear sustituciones más que discutibles que acabaron de matar a los culés. Sacó del terreno de juego a Griezmann y Dembelé para buscar la remontada. Y además, se atrevió incluso a sentar en el banquillo a uno de los grandes amigos de Laporta dentro del vestuario: Gerard Piqué. 

Motivos deportivos... ¿y también personales?

Evidentemente, su rendimiento deportivo fue uno de los grandes motivos por los que Koeman sentó a Piqué en la segunda mitad para dar entrada a Sergiño Dest. El central catalán está lejos de su mejor nivel, sobre todo a nivel físico. El balance de Koeman cuando el central blaugrana está en el terreno de juego es más que discutible: 12 victorias, cuatro empates y seis derrotas; alguna de ellas cruciales. Ante el Celta, volvió a verse superado por la velocidad de los atacantes gallegos e impreciso en la salida del balón. 

Asimismo, más allá de argumentos puramente deportivos, podría existir también un motivo personal. Existe una evidente desconfianza de Koeman ante Joan Laporta, y cada vez ve más negra su continuidad pese a tener un año más de contrato. Precisamente por eso, el entrenador blaugrana podría haberse cargado a Piqué. 

Piqué, en una acción ante el Celta / EFE

Piqué, en una acción ante el Celta / EFE

El central catalán es uno de los futbolistas que tiene mejor relación con el presidente. Piqué le ha manifestado apoyo público a través de las redes sociales y con estrechos abrazos en los momentos en que han coincidido. Además, el jugador y empresario también estuvo detrás del aval de Laporta, ayudando en el último momento. Solo ha existido una única desvanecencia, con la Superliga, donde Piqué dijo entender los motivos del presidente a pesar de discrepar.