El Levante puso fin a las aspiraciones del FC Barcelona de ganar la Liga. Salvo que Atlético de Madrid y Real Madrid mantengan al equipo azulgrana con vida, los de Koeman se despedirán de las opciones de levantar el campeonato doméstico esta jornada, cuando todavía quedan dos para que acabe la competición.
Por desgracia, el barcelonismo ha empezado a acostumbrarse a este tipo de reveses en los últimos años. Tenerlo todo de cara y acabarlo perdiendo no es nada nuevo para los culés. Como tampoco lo es el hecho de caer en los momentos decisivos. El que era el mejor Barça de todos los tiempos se ha convertido, en cuestión de años, en uno de los equipos más decadentes de la historia de la entidad.
Con la sensación de que, gane o pierda, el conjunto azulgrana lo hace por inercia, porque toca. El FC Barcelona va con el piloto automático y cuando hay alguien que ofrece mayor intensidad y nivel, no es capaz de igualarlo. Es un cuadro con mucho talento, pero sin la mentalidad ni ambición necesarias.
En Roma empezó todo
La primera página de la historia negra del Barça de Messi se escribió en Roma. En aquel ya lejano 2018, el Barça visitó la capital italiana tras haber cosechado un 4-1 en la ida de cuartos de final de la Champions. Nada hacía presagiar el desastre que se produjo. El 3-0 en el Olímpico apeó a los culés de forma prematura.
Manolas (Roma) celebrando su gol contra el Barça / EFE
Con la debacle de Roma todavía en la retina, el FC Barcelona elevó el nivel de la desgracia hasta límites insospechados en Anfield. En la ida de las semifinales de 2019, los blaugranas se impusieron por 3-0 al Liverpool. No fue una superioridad aplastante, pero debería haber sido suficiente. No lo fue. Wijnaldum y Origi, con dos goles cada uno, eliminaron al equipo azulgrana.
La derrota de 2020 fue la más dura pero, a la vez, la más esperada. El Bayern de Múnich era claramente superior ya antes del duelo, pero el 2-8 fue inconcebible y empujó a Josep Maria Bartomeu a empezar una limpieza que debería haber realizado antes. Ya en la presente temporada, el 0-3 de la Juventus y el 1-4 del PSG en el Camp Nou confirmaron que el Barça está muy lejos de poder ganar una Champions.
En Liga también hay desastres
Lamentablemente, los desastres no solo se han producido en Europa. Todavía con Valverde, el cuadro catalán se dejó remontar en las semifinales de la Supercopa de España 2020 por el Atlético de Madrid. Unos meses antes, justo después del cataclismo de Anfield, los azulgranas perdieron la final de la Copa del Rey con el Valencia.
Celebración del gol de Arnaiz en el Barça - Osasuna / EFE
Ya con Setién, las dos grandes decepciones fueron el empate contra el Celta, con el que empezó el declive en la pasada Liga, y la derrota contra Osasuna en el partido que acabó dando el título al Real Madrid. El clásico contra el equipo blanco, justo antes de la pandemia, también se perdió (2-0).
Con Koeman, las peores noches han sido las derrotas contra PSG y Granada y el empate contra el Levante, aunque no se puede olvidar que el Barça ha sido incapaz de vencer al Real Madrid y al Atlético, sus dos grandes rivales para la Liga. Así es imposible levantar el título.