Sergio Busquets es el termómetro del FC Barcelona. Viendo lo cómodo que se siente sobre el césped se puede determinar cómo esta el resto del equipo. Empezó la temporada como acabó la anterior: con serias dudas sobre su juego y viéndose superado por el físico de los rivales.
Poco a poco, con Ronald Koeman se ha ido protegiendo. Primero se apostó por el doble pivote, que le servía para estar más acompañado en los repliegues defensivos. Después, a finales de año, ya se implantó el sistema de tres centrales que le ha venido a la perfección al de Badia del Vallès.
Con este esquema se siente más protegido, pues cuenta con un compañero más a sus espaldas, y se puede centrar en aquello donde realmente marca la diferencia: en la construcción de la jugada. Desde entonces, se le ha visto disfrutar del juego y ser decisivo en campo rival. Más pases verticales que nunca.
El asistente tapado
Con el 3-5-2 se le multiplican las líneas de pase, pues la movilidad es constante. Siempre tiene a dos carrileros abiertos, mientras que los delanteros e interiores suelen romper las defensas y buscar la portería. Si no lo ven claro, siempre vienen a asociarse en corto.
Sergio Busquets en una acción contra el Granada / FC Barcelona
Contra el Granada se vio de nuevo al Busquets más asistente, una faceta que hasta ahora mantenía oculta. Le cedió el segundo gol a Leo Messi en bandeja para que se quedara mano a mano con el portero de los visitantes. También buscó a Frenkie de Jong, experto llegador por sorpresa, y a Sergi Roberto, en la derecha.
Y es que el segundo capitán en los últimos partidos está demostrando que no solamente sabe mantener la posesión y equilibrar al equipo, sino ser decisivo en los metros finales. Todavía no ha visto portería, pero ha repartido cuatro pases de gol: Getafe, Real Sociedad, Huesca y Alavés. Ante defensas cerradas, es una de las soluciones.
Segunda juventud
A sus 32 años, Sergio Busquets está viviendo una segunda juventud. En los partidos más físicos sufría demasiado con el 4-3-3 y el sistema de Ronald Koeman le está garantizando seguir siendo titular e importante en todas las facetas de juego. Es él quien conecta la defensa con la delantera.
Busquets, Mingueza y Dembelé celebrando el gol del central ante el Huesca / FCB
Si se mantiene ese esquema, difícilmente alguien le pueda hacer sobra al Pulpo de Badia. Es todo un veterano y sabe aquello que mejor le conviene al equipo. Sin ir más lejos, fue sustituido contra el Granada cuando era el que mejor estaba y eso condenó a los culés.