Ronald Koeman es el gran artífice de la recuperación del FC Barcelona. El técnico neerlandés cogió las riendas del equipo azulgrana justo después del 2-8 y se dio por hecho que la temporada 2020-21 sería de transición. Los primeros meses de curso, con el cuadro culé muy lejos de la Liga, parecían confirmar esa suposición.
Pero el nivel de los catalanes ha incrementado considerablemente en 2021. Solo han perdido un partido de Liga (el clásico) y se despidieron con buenas sensaciones de la Champions League pese al 1-4 de la ida en el Camp Nou. El triunfo en la Copa del Rey confirmó que el proyecto de Koeman va por buen camino.
Abrazo
Más allá de los resultados deportivos, el preparador neerlandés también cuenta con el apoyo de un vestuario que celebró el torneo copero con una euforia que hacía tiempo que no se veía. Los últimos fracasos del equipo, la juventud de la plantilla y, para qué negarlo, la ausencia de las familias sobre el césped ayudaron a ello.
Gerard Piqué en un partido del Barça / EFE
Una de las imágenes de la noche fue el abrazo que se dio el héroe de Wembley con Gerard Piqué. El central catalán le abrazó justo después de salir sustituido en el 80'. El futbolista es uno de los pesos pesados del vestuario y no cabe duda que es importante para Koeman contar con su visto bueno.
De hecho, el zaguero elogió al neerlandés en la entrevista concedida a Universo Valdano: "Ha sido valiente por poner a los jóvenes y ha tenido la visión. Hay gente muy joven que ha ganado mucha experiencia en momentos que no eran fáciles. Se han curtido muy rápido. La experiencia es impagable. Tener jugadores con 40 partidos en Primera con la camiseta del Barça a esta edad tiene mucho valor".
Piqué, de menos a más
Piqué volvió a dar una exhibición de barcelonismo en la final de la Copa del Rey. Aunque todavía anda renqueante de sus molestias en la rodilla, el futbolista catalán se infiltró para poder ser de la partida contra el Athletic. Y esta vez, a diferencia del clásico, Koeman sí decidió alinearle en el once titular.
Gerard Piqué en la final contra el Athletic / EFE
Aunque dio el susto en los primeros minutos e incluso Ronald Araujo se puso a calentar por si se había lesionado, el central completó una gran actuación en el estadio de La Cartuja. Ató en corto a Iñaki Williams y lideró la zaga del FC Barcelona. Siempre bien colocado, colaboró a que el Athletic no generara ni una sola ocasión.
Y, evidente, a que Ronald Koeman ganara su primer torneo como entrenador culé. Su llegada generó muchas dudas, pero ahora cuenta con el visto bueno del vestuario, la junta directiva y gran parte de la afición.