El Barça rompe dos maldiciones en Sevilla
Los pupilos de Ronald Koeman pasaron por encima del Athletic Club con una gran segunda parte
18 abril, 2021 10:22El FC Barcelona se coronó este sábado como nuevo campeón de la Copa del Rey. Después de una primera parte dejando grandes dudas, los de Ronald Koeman salieron con el convencimiento de abrir la lata en la segunda. Y vamos si lo consiguieron. Cuatro goles de bella factura.
Con esta victoria, los azulgranas rompen dos maldiciones en Sevilla, sede de la final. La primera es en cuanto a resultado. Seis de las últimas siete finales con 0-0 en el descanso terminaron yendo a la prórroga. Cabe destacar que los culés en esta edición ya disputaron tres tiempos extras: Cornellà, Granada y Sevilla.
La gran maldición rota
La maldición que los aficionados del Barça más veteranos que tenían presente son las finales malditas de los culés en la capital andaluza. Desde 1925, cuando levantaron la Copa del Rey contra el Arenas Club de Guecho, que no ganan una final a partido único. Contra los vascos, se cambia la dinámica.
Desde 1925 y hasta este sábado, los blaugranas habían jugado tres finales en Sevilla, perdidas las tres. La primera fue el 7 de mayo de 1986 en la Copa de Europa contra el Steaua de Buscarest en el Sánchez Pizjuán. Los 90 minutos terminaron con empate a cero y se perdió en una agónica tanda de penaltis.
Los jugadores del Barça después de la final de la Copa de Europa / Redes
Los otros dos precedentes eran más recientes. En abril de 2019, el Barça de Valverde perdía la Copa contra el Valencia de Marcelino García Toral en el Benito Villamarín. Los valencianos consiguieron hacerse con la tan deseada copa (2-1) ante un equipo hundido anímicamente por la debacle de Liverpool.
La última hace poco más de tres meses, precisamente contra el Athletic Club. La Cartuja fue el escenario de la final de la Supercopa de España. Un gol de Villalibre en el tramo final llevó el partido a la prórroga y allí Iñaki Williams puso el tanto de la victoria (3-2). 96 años después, los culés rompen la maldición.