Cambian los resultados y los ganadores, pero hay algo que siempre permanece en los clásicos: la polémica con los colegiados. El equipo que pierde se queja de las decisiones arbitrales, y esta vez es el FC Barcelona el que no quedó satisfecho con la actuación de Gil Manzano. Koeman explotó en rueda de prensa y aseveró que "el penalti es clarísimo", refiriéndose a la acción de Mendy con Braithwaite.
No fue el único que se fue disgustado con el colegiado extremeño. Gerard Piqué, que entró en la convocatoria in extremis pero finalmente no disputó ni un solo minuto en el clásico, saltó al césped cuando concluyó el encuentro para pedirle explicaciones a Gil Manzano. El árbitro reflejó ese episodio en el acta, desvelando también que el zaguero fue amonestado por las quejas.
"Acojonante"
Mientras Koeman lamentó el penalti no señalado sobre Braithwaite, lo que mosqueó al capitán culé fue el poco tiempo añadido. Hubo dos tandas de cambios por parte de cada equipo, el juego estuvo parado tres minutos por los problemas técnicos con el comunicador del VAR y Courtois se demoró en cada saque de puerta. Y el colegiado únicamente añadió cuatro minutos.
Braithwaite con Mendy / EFE
"Es acojonante, cuatro minutos", le espetó a Gil Manzano. El árbitro no le hizo demasiado caso y de hecho se fue del terreno de juego sonriendo y charlando con el futbolista del Barça en un tono relativamente cordial. Lo que no evitó que lo acabara reflejando en el acta y le acabara mostrando la amarilla por "hacerle observaciones técnicas".
Mientras Piqué perseguía a Gil Manzano, Carles Naval, delegado culé, se interpuso en su camino para tratar de frenarle. Y el central, caliente por el desenlace del choque, se acabó encarando con el empleado y le dijo que simplemente estaba charlando con el colegiado: "Estoy hablando, estoy hablando".
Roce con Modric
El zaguero catalán se las tuvo también con Luka Modric, que cuando le vio bajar al terreno de juego le preguntó si iba a reclamar al árbitro como siempre. El centrocampista croata se marchó rápidamente al vestuario y la polémica no pasó de ahí.
Sergi Roberto con Gil Manzano / EFE
El arbitraje de Gil Manzano enfurismó al FC Barcelona, a Ronald Koeman y a Gerard Piqué. El técnico neerlandés reclamó el penalti sobre Braithwaite, mientras que lo que enfadó al central fue el poco tiempo añadido.