Golpe de autoridad del FC Barcelona contra la Real Sociedad (1-6). El partido no suponía un enfrentamiento más para Leo Messi, sino que era el encuentro que le hacía desempatar con Xavi Hernández como el jugador de la historia azulgrana con más partidos en sus espaldas: 768.
Lo celebró como nos tiene habituados: con una auténtica demostración de calidad sobre el verde. Avisó a Remiro con dos tímidos disparos a la primera media hora de juego, pero luego afinaría mejor la puntería. Creó la ocasión del primer tanto que terminaba con el pase de la muerte de Jordi Alba a Dembelé. También asistió a Sergiño Dest en el segundo. Superó dos líneas de presión y le abrió el balón al lateral diestro, que no fallaba delante del portero.
Messi disparando contra la Real Sociedad / EFE
Su primer gol fue al volver del descanso, en el minuto 53, superando por arriba al aquero local con una sublime vaselina. Demostración que sigue siendo uno de los mejores definidores del mundo. La guinda llegó casi con el pitido final, en el 89, empujando un balón desde la segunda línea a pase del lateral izquierdo. Doblete que lo hacen todavía más Pichichi (21).
Entregado al equipo
En los últimos encuentros del Barça podemos ver a un Leo Messi que disfruta sobre el terreno de juego, que se lo pasa bien liderando a sus jóvenes compañeros e implicándose como el que más. Contra la Real Sociedad se le vio entregado, filtrando pases y ayudando a la construcción de la jugada. Impecable su involucración.
Las imágenes de cómo celebra los goles hacen soñar a los aficionados. Transmite alegría cada vez que se marca un tanto y es el primero en ir a felicitar a sus compañeros. También está ejerciendo de líder, algo que muchos le reprochaban. En sus últimos partidos está dejando una nota muy alta.
Dest celebrando su gol con los compañeros / EFE
Con su continuidad en el aire, Messi quiere esta Liga. Viendo la irregularidad que presentan Atlético y Real Madrid, no quiere que se les escape. Quedan 10 encuentros, uno de ellos contra los colchoneros y si firman el pleno de victorias, casi seguro que el título será azulgrana. Una demostración de persistencia de todo el vestuario.
Sin forzar amarilla
Ni siquiera intentó forzar la tarjeta amarilla. Lleva cuatro, a una de la sanción. Con la goleada en el marcador, no le pasó por la cabeza intentar perderse el partido contra el Real Valladolid del lunes 5 de abril. Quiere jugarlo todo y lo que pase, pasará. Ejemplo de deportividad y de implicación.
Por fortuna de los culés, Messi no se irá con la selección estos días. Se quedará en Barcelona pues se han suspendido los encuentros internacionales de los países sudamericanos. Momento ideal para recobrar fuerzas y mentalizarse en seguir luchando. Once partidos para el doblete.