La línea de tres centrales se asienta en el FC Barcelona. Ni el rival ni el tipo de partido que plantea hace cambiar el esquema a Ronald Koeman, al menos de inicio. Ya lo probó en diciembre, pero el empate frente al Eibar le hizo recular y volver al 4-3-3. Ahora las sensaciones y los resultados son mejores, por lo que de momento el preparador neerlandés no modifica el dibujo.
Ya van cinco encuentros consecutivos con la línea de tres. En los dos ante el Sevilla y contra Osasuna jugaron tres centrales puros. Pero ya en París, el héroe de Wembley dio entrada a Frenkie de Jong como el zaguero más centrado. Y repitió la idea en el choque frente al Huesca de este lunes.
Habrá que ver si la recolocación del 21 en el eje de la zaga es algo circunstancial por las lesiones de Piqué y Araujo (que reapareció contra el Huesca) o Koeman le da continuidad. Sea como sea, dos partidos han sido suficientes para ver qué gana y qué pierde el Barça con Frenkie como central.
¿Qué gana?
El primer beneficio es evidente: la salida de balón. El futbolista neerlandés tiene un gran toque de balón y visión de juego, por lo que el equipo azulgrana puede superar más fácil la presión con él en el eje de la zaga. Además, Lenglet y Mingueza, sus acompañantes en los dos encuentros, también salen muy bien con el esférico desde atrás.
De Jong luchando un balón con Verratti / EFE
También hay beneficios sin balón. De Jong es un futbolista rápido e inteligente tácticamente, por lo que el Barça puede subir mucho las líneas cuando tiene la posesión porque, si se produce una pérdida, Frenkie tiene la habilidad de cortar el contragolpe. Asimismo, permite más libertad a Lenglet y Mingueza para incorporarse al ataque en acciones puntuales.
El hecho de ubicar al 21 en el eje de la zaga de inicio da más facilidades al FC Barcelona para cambiar el sistema durante el encuentro. Frenkie puede situarse en la medular si el 3-4-3 no funciona y volver al 4-3-3, situando a Griezmann en una banda y a Dembelé en otra. Todavía no se ha producido ninguna modificación durante los encuentros, pero es evidente que Koeman lo tiene en cuenta.
¿Qué pierde?
La nueva posición de De Jong aporta unas cosas al Barça y le quita otras. Sobre todo presencia en el área contraria. A raíz de la llegada de Koeman al banquillo, el centrocampista neerlandés vio aumentado su peso ofensivo. Sus llegadas desde atrás hacían (y hacen) mucho daño a las defensas rivales. Acumula seis goles y seis asistencias en lo que va de curso.
Frenkie De Jong celebrando el primer gol del Barça en Granada / FCB
Al situarse de central, Frenkie no puede explotar muchas de sus virtudes, como la capacidad para romper líneas con su zancada y llevar el balón a la frontal del equipo rival. Además, el conjunto catalán pierde control en el centro del campo y hasta lo debilita, pues sin el 21 únicamente juegan Pedri y Busquets. En la misma línea, se desaprovecha su poderío físico e inteligencia en la presión.
En definitiva, el FC Barcelona gana unas cosas y pierde otras con De Jong como central. Habrá que ver si los regresos de Araujo o Piqué le devuelven al centro del campo, su posición natural.