El FC Barcelona tiró de honor y orgullo en la visita al Parque de los Príncipes. El 1-4 de la ida dejó al equipo azulgrana con pie y medio fuera de la Champions, pero los de Koeman saltaron al verde del feudo parisino con el convencimiento de poder dar la vuelta a la eliminatoria y pasar a cuartos de final.
Y estuvieron a punto de lograrlo. Por extraño que suene después del 1-1. El Barça tuvo ocasiones de sobras en la primera mitad para meter el miedo en el cuerpo al París Saint-Germain, pero entre Keylor Navas y la efectividad de los delanteros evitaron que el conjunto blaugrana recuperara vida en la eliminatoria.
La cara
El gran protagonista del encuentro fue, sin duda alguna, Leo Messi. El delantero argentino se echó el equipo catalán a la espalda y lo lideró en su intento de remontada. Bajó a recibir, superó líneas, puso varios balones medidos a Dembelé y volvió a meter al Barça en el partido tras el penalti transformado por Mbappé.
Leo Messi, celebrando su gol contra el PSG | EFE
El cuadro culé había bajado ligeramente los brazos y el 10 volvió a levantárselos. En una jugada que en principio no revestía ningún tipo de peligro, el astro rosarino sorteó a un defensa, preparó el tiro y soltó un zurdazo teledirigido a la escuadra, con mucha potencia, ante el que nada pudo hacer Keylor. Le pegó con el alma.
Fue la recompensa a su gran encuentro. No solo fue una amenaza constante para el París Saint-Germain con el balón en los pies, sino que trabajó a destajo en la presión y fue varias veces al suelo para robar el balón al equipo francés y evitar el contragolpe.
La cruz
La enorme actuación de Leo Messi en París tuvo, eso sí, un borrón, a la postre decisivo en la eliminatoria. Con 1-1 en el marcador y al borde del descanso, el delantero argentino se dispuso a lanzar el penalti cometido por Kurzawa sobre Griezmann. Tiró con potencia y a la derecha de Keylor, que adivinó sus intenciones y lo desvió con la pierna.
Leo Messi, tras caer eliminado contra el PSG | EFE
El penalti fue la confirmación de que este miércoles no era el día del FC Barcelona. No solo lo paró el tico con la pierna, sino que el balón acabó rebotando en el larguero. Fue la culminación al colosal partido de Keylor y puso fin virtualmente a la eliminatoria. Con 1-2 tras el descanso, otro gallo hubiera cantado.
Messi jugó el mejor partido de la temporada en Europa, pero el penalti lo ensombreció. Si ese balón, en vez de rebotar en el larguero, hubiera ido dentro, quizás tendríamos al FC Barcelona en cuartos de final de la Champions.