La falta de acierto condenó a un Barça memorable en el Parque de los Príncipes. Los de Koeman metieron el miedo en el cuerpo al PSG tras una primera mitad en la que tuvieron ocasiones de sobra para prácticamente dar la vuelta a la eliminatoria. Uno de los jugadores más activos y que tuvo más opciones de agujerear la portería de Keylor Navas fue Ousmane Dembelé.
El técnico holandés sorprendió de nuevo al colocar a El Mosquito como referencia, por delante de Griezmann y Messi. Una posición de 9 en la que parece que Koeman está consiguiendo explotar todo su potencial. Su velocidad, descaro y dominio de las dos piernas fueron uno de los grandes argumentos del Barça para tratar de dar la vuelta a la eliminatoria.
Dembelé, en una acción contra el PSG | EFE
Sobre todo en los primeros tramos del enfrentamiento, el atacante francés supo entender a la perfección las necesidades del equipo y moverse como pez en el agua por el frente de ataque. Tuvo hasta cuatro ocasiones claras, todas en la primera mitad. Las más peligrosas, un zurdazo a los 19 minutos tras escaparse de Marquinhos que obligó a una gran estirada de Keylor Navas y un derechazo pasada la media hora en la que volvió a emplearse el meta costarricense.
En la segunda mitad estuvo más vigilado, pero no por eso dejó de intentarlo. Y es que más allá de las acciones en las que él mismo definió, también trató de ayudar a sus compañeros ofreciéndoles desmarques al espacio de manera constante. Su partido fue de notable, pero le volvió a faltar lo más importante: la eficacia en los metros finales. Algo que deberá seguir trabajando en los próximos partidos, en un cambio de posición que parece que ha llegado para quedarse.
Mbappé le gana la partida
Asimismo, y como pasó en el partido de ida, Mbappé volvió a ganarle la partida a Dembelé. Una comparación que se va a convertir en habitual, y más tras conocer que el Barça, en 2007, apostó por El Mosquito por delante del atacante del PSG.
En líneas generales, el choque de ambos fue bastante similar. Dembelé participó más en el juego y tuvo más ocasiones. En cambio, Mbappé fue la gran amenaza de los parisinos al contraataque. El dato que volvió a decantar la balanza, como pasó en la ida, fueron los goles. El del PSG no perdonó desde el punto de penalti, mientras que el atacante del Barça sí desperdició acciones claras, que podrían cambiado el devenir de la eliminatoria.
Mbappé, celebrando su gol contra el Barça | EFE
Su duelo podría convertirse en uno de los grandes cara a cara en Europa en las próximas temporadas. Con 23 y 21 años respectivamente, siguen demostrando condiciones para liderar el fútbol mundial en los próximos años. De momento, Mbappé cobra ventaja. No obstante, si le respetan las lesiones, Dembelé dispone de características que podrían disputarle el trono al delantero del PSG. A ambos les espera un futuro brillante por delante.