Óscar Mingueza era la gran novedad del once de Ronald Koeman en el Ramón Sánchez Pizjuán. El entrenador del FC Barcelona apostaba por un esquema de tres centrales, prescindiendo de una pieza ofensiva. Antoine Griezmann --el teórico titular-- se quedaba en el banquillo y el catalán hacía trío con Gerard Piqué y Clement Lenglet.
El del B se ubicó en la banda derecha de la línea de tres y fue una de las mejores sorpresas del encuentro. No es el jugador más talentoso ni habilidoso, pero volvió a hacer una demostración de carácter y actitud. El Sevilla apenas pudo atacar por la banda izquierda, era impenetrable.
Se las tuvo con Ivan Rakitic y con Munir El Haddadi pero no se dejó achicar. Se comió en ganas a Clement Lenglet, que volvió a firmar un partido dejando grandes dudas. Su nivel de confianza es bajo y eso se nota. Y como no, también pasó por delante de Samuel Umtiti pues el conjunto de Julen Lopetegui es un conjunto que le gusta correr.
Discusión entre Mingueza y Rakitic en el Sevilla-Barça / Redes
Su buena defensa se transmitió en más ocasiones por la derecha. ¿Cómo? Al cubrir el marcador que le correspondería al lateral derecho le dio alas a Sergiño Dest para que se sumara al ataque. El estadounidense fue una de las armas ofensivas del primer tiempo firmando uno de los partidos más serios desde que llegó a Barcelona.
Valor en alza
Óscar Mingueza se ha ganado a pulso las oportunidades con el primer equipo del Barça. No tiene las características de Gerard Piqué ni Ronal Araujo, pero una actitud como la suya es clave en momentos delicados. Ahora mismo está mentalmente por encima de la dupla francesa.
Entre semana vuelve la Copa del Rey, con el objetivo de remontar al Sevilla (2-0). Veremos cuál es la apuesta de Koeman, pero si se vuelve al sistema de tres centrales, ya no sería una sorpresa ver al de Santa Perpètua de la Mogoda de inicio. Uno de los futbolistas más en forma física y mentalmente.