Golpe sobre la mesa del FC Barcelona. El equipo azulgrana necesitaba vencer contra un rival de autoridad y lo hizo en el Sánchez Pizjuán. El Sevilla llegaba al encuentro en cuarta posición en la tabla y con la posibilidad de superar al Barça si ganaba. Los hispalenses tenían la oportunidad de confirmar su candidatura a la Liga.
Pero no lo hicieron. Se jugó a lo que quiso el FC Barcelona durante prácticamente todo el encuentro. El conjunto dirigido por Lopetegui no estuvo cómodo sobre el terreno de juego en ningún momento y los culés, sin realizar un juego brillante, fueron capaces de llevarse los tres puntos gracias a Dembelé y Messi.
Nuevo esquema
Para sorpresa de todos, Koeman apostó por un cambio de esquema para visitar el Sánchez Pizjuán. El preparador neerlandés dispuso una línea de tres centrales compuesta por Piqué, Mingueza y Lenglet. Los carriles fueron para Alba y Dest, más liberados defensivamente. La medular, como siempre, estuvo formada por Busquets, De Jong y Pedri. Messi y Dembelé conformaron la dupla de ataque.
Ousmane Dembelé celebrando su gol contra el Sevilla / FC Barcelona
Un 3-5-2, o 3-4-1-2 por momentos, con Pedri más liberado, que descolocó al Sevilla desde el primer momento. Los andaluces no generaron ni una ocasión de peligro en los 90 minutos. Luuk de Jong tuvo que pelearse con Piqué, Mingueza y Lenglet, y perdió todas las batallas. Munir y Papu Gómez apenas participaron. Como Jordán y Rakitic, lento y torpe.
Messi, con Dembelé como referencia, tuvo más libertad para moverse entre líneas y que los centrales no le siguieran. Y cuando lo hacían, tenían que hacerle falta. Ousmane explotó a la perfección la espalda de Koundé y Diego Carlos. Y la línea de tres permitió a De Jong incorporarse al ataque cuando lo consideraba necesario. Alba se anuló con Navas, mientras Dest fue un quebradero de cabeza para Escudero.
Cambio fallido
Lopetegui reaccionó en el descanso. El preparador vasco introdujo tres cambios en el 46'. Suso, En-Nesyri y Rekik reemplazaron a Diego Carlos, Munir y Papu Gómez. El Sevilla modificó también el esquema, imitando el del Barça. Del 4-3-3 pasó al 3-4-1-2, con Suso en la mediapunta inquietando a Busquets.
Leo Messi en una jugada contra el Sevilla / FC Barcelona
El equipo hispalense mejoró tras los cambios, pero no llegó a poner en peligro la victoria del FC Barcelona en ningún momento del encuentro. Navas, primero, y En-Nesyri, después, dispararon a puerta, pero no pusieron en apuros a Ter Stegen. Suso fue el elemento desequilibrante del Sevilla. Cuando entró en contacto con el balón creó problemas. Pero participó poco.
Koeman dio un repaso táctico a Lopetegui. El Sevilla-Barça de este sábado no será un partido memorable ni mucho menos, pero el equipo azulgrana logró lo que buscaba: los tres puntos. Era un golpe sobre la mesa necesario para demostrar que de verdad hay Liga para el FC Barcelona.