Ousmane Dembelé está siendo sin duda una de las grandes noticias del Barça en este inicio de temporada. En el barcelonismo por fin se está respirando cierto optimismo por un jugador por el que se pagaron 130 millones de euros, y que de momento no ha dejado de devaluarse. Parece que, por fin, las lesiones le están respetando, y está siendo capaz de demostrar por qué la cúpula azulgrana hizo tal inversión por él. Regates, velocidad, dominio de ambas piernas y cada vez más confianza lo están convirtiendo en un arma determinante para el ataque culé.
Sin embargo, hay algo que todavía no acaba de convencer del ex del Dortmund: su eficacia de cara a portería. A nivel de actitud, no se le puede poner ninguna pega al inicio de curso del atacante galo. Se deja la piel en cada enfrentamiento y siempre es uno de los más activos y de los que más lo intenta del tridente atacante. Sin embargo, estas ganas no las está transformando en goles.
Dembelé, en una acción contra el Cádiz | FCB
La falta de puntería es precisamente uno de los grandes puntos negros de Dembelé en este inicio de curso. En Liga, solo ha anotado dos goles en 17 partidos. El último, el 29 de diciembre ante el Eibar (1-1). En la misma línea, su arranque de 2021 está siendo también horroroso. Solo ha anotado un gol en 16 partidos. En total suma seis tantos este curso, pero su racha se ha visto truncada en las últimas semanas. En los últimos partidos, todo lo que genera, lo acaba desperdiciando en los metros finales.
Otro error importante
Pese a que Lenglet fue el gran señalado por el barcelonismo en el empate contra el Cádiz, Koeman también criticó la falta de acierto de sus atacantes de cara a portería como uno de los culpables de no haber conseguido los tres puntos. En total, el conjunto blaugrana disparó hasta en 22 ocasiones a puerta, con más o menos fortuna.
Precisamente, una de las más claras para sentenciar el choque la tuvo Dembelé en la segunda mitad. El Mosquito firmó en el minuto 63 un gran eslalon sorteando a todos los rivales que le salieron al paso. No obstante, cuando ya se relamía, apareció un rival para rechazar su disparo. Y tres minutos después tuvo una nueva opción que sí finalizó, pero su disparo se marchó demasiado cruzado. Pocos días después de su error manifiesto contra el PSG, que pudo cambiar por completo el devenir de la eliminatoria, Dembelé las volvió a tener. Y las desaprovechó.
Dembelé, en una acción contra el Cádiz | FCB
Todo esto no quita que está siendo una de las mejores noticias en el inicio de curso del Barça. Su velocidad y desparpajo son siempre un auténtico dolor de cabeza para los rivales. No obstante, le falta afinar un poco más la puntería para convertirse en insustituible para Koeman y líder de la reconstrucción de la plantilla culé durante los próximos años.