Parecía una tarde idónea para el Barça de Koeman, de cara a recuperarse del duro golpe que supuso la derrota en Champions contra el PSG, y dar un golpe sobre la mesa en la Liga. Los culés acumulaban siete victorias consecutivas en el campeonato liguero y se enfrentaban a un rival teóricamente inferior y en el Camp Nou.
Y a esto había que sumar que la plantilla blaugrana era consciente del pinchazo del Atlético de Madrid (el tercero en los últimos cuatro partidos). Los jugadores del Barça sabían que un triunfo los metía de nuevo en la lucha por el campeonato. Todos estos condicionantes apuntaban a que la motivación de los hombres de Koeman debía ser máxima. Nada más lejos de la realidad.
Los jugadores del Cádiz, celebrando el empate contra el Barça | EFE
El cuadro catalán dejó escapar una oportunidad de oro de salir reforzado este fin de semana, después de empatar contra el Cádiz. No obstante, más allá del resultado, lo peor fue la falta de actitud y compromiso. Los futbolistas blaugrana en ningún momento demostraron la garra necesaria para destrozar la armadura defensiva de los gaditanos. Tras el gol de Messi, se resignaron a proteger la ventaja en lugar de buscar el segundo. Y acabaron pagando este conservadorismo en el minuto 90, después de un nuevo error de Lenglet, que protagonizó un bochornoso penalti que no desperdició Álex Fernández.
Se cavan su propia tumba
Dos pesos pesados, como Jordi Alba y Gerard Piqué; y el técnico holandés, no pudieron esconder su decepción tras el enfrentamiento. Los jugadores demostraron ser conscientes de que no habían dado la talla, y que fueron los grandes culpables de la oportunidad perdida. Y es que cada vez más, da la sensación que el título se lo llevará el que menos falle en las 14 jornadas que restan por jugar.
Sí es cierto que todavían faltan por jugar enfrentamientos directos entre los tres aspirantes. Sin embargo, estos podrían no ser del todo decisivos, ya que cualquier rival ha demostrado que es capaz de hacer daño y rascarle puntos tanto a Atlético, como Real Madrid o Barça.
Leo Messi, decepcionado tras el empate del Cádiz | EFE
Lo que está claro es que la última semana ha sido un auténtico baño de realidad para los de Koeman. Tanto en Champions como en Liga, se ha evidenciado que necesitan mucho más fútbol y actitud para poder aspirar a ganar un título este curso. La opción de que sea una temporada de transición cada vez sobrevuela más el Camp Nou. Y es que oportunidades de ser favoritos las han tenido, pero las han desaprovechado todas.