El partido del FC Barcelona contra el Cádiz era una oportunidad de lujo para recortar tres puntos contra el líder de Primera División, el Atlético de Madrid. Los culés salieron a por los tres puntos, pero les hizo falta una marcha más. Firmaron un empate a uno con un final de partido incomprensible.
Cuando los culés empezaban a perder el control del encuentro (1-0) con centros laterales de los gaditanos llegaba la jugada del partido en el minuto 89. Un centro sin gran peligro terminaba con Clement Lenglet arrollando con una patada a José Mari cuando éste se encontraba de espaldas a la portería de Ter Stegen.
El colegiado Martínez Munuera no dudó y señaló la pena máxima. No había excusas. El central francés, que ya salió en la foto de uno de los goles en el Ramón de Carranza, había cometido un error infantil al regalar una pena máxima al Cádiz. Álex Fernández, desde los once metros, no fallaba.
Lenglet estaba firmando un partido correcto hasta el error, siendo liderado por Gerard Piqué y avanzándose a los delanteros andaluces. Un rendimiento que hacía tiempo que no veíamos. Pero lo tiró todo per la borda con un penalti vergonzoso. Ya van tres los penaltis que el galo ha cometido esta temporada.
Gol del Cádiz contra el Barça en el Camp Nou / EFE
¿Y ahora qué?
Ni la recuperación milagrosa de Piqué soluciona los problemas defensivos de este Barça. Los errores individuales están siendo una constante y cuestan muchos puntos. No hay una pareja que ofrezca un rendimiento fiable ahora mismo. Samuel Umtiti tampoco da el nivel.
Mientras no vuelva Ronald Araujo, el puesto de segundo central pasará por los dos franceses y Óscar Mingueza. Muchos culés temían que, si no se terminaba sentenciando el encuentro se sufriría, y se sufrió. Gol en los últimos minutos que cuestan dos puntos y significa prácticamente un adiós a la Liga.