Fin a uno de los mercados de invierno más inhóspitos de los últimos años. Lejos quedan movimientos como los de Coutinho al Barça en enero de 2018, por 120 millones de euros más 40 en variables; o los de Laporte al City o Pulisic al Chelsea. La crisis provocada por la pandemia del coronavirus ha azotado con fuerza a la mayoría de grandes clubes, y les ha dejado sin presupuesto para fichajes galácticos. Algo que ya se vio en verano, y que se ha confirmado este mercado de invierno en que el Barça ha cerrado una salida sobre la bocina (Todibo al Niza) y se queda sin concretar dos operaciones que estaban en marchas: el fichaje de Éric García y la cesión de Matheus Fernandes.
Éric García, Depay, Wijnaldum y Juan Bernat, en un montaje | Culemanía
El FC Barcelona ha sido uno de los clubes más perjudicados por el descenso de ingresos a causa del Covid-19. Por eso, después de ser uno de los grandes protagonistas de los últimos mercados; esta vez se ha visto obligado a irse de manos vacías. Pese a que Koeman insistió en la necesidad de reforzar la plantilla para poder aspirar a algo más; ha sido inviable. No ha llegado el gran deseado, Éric García, ni tampoco jugadores como Depay o Wijnaldum, con los que ya no se contaba por la mermada economía del club. En verano, cuando estos acaben contrato, habrá una nueva oportunidad.
Dos salidas y varias decepciones
En cambio, el cuadro catalán sí ha conseguido cerrar dos salidas. La primera, al abrirse el período de fichajes. Un Carles Aleñá con pocas oportunidades salió cedido al Getafe. Asimismo, pocas horas antes del cierre, el club hizo oficial la marcha de Todibo rumbo al Niza. El francés no ha triunfado en Benfica, y en Barcelona tampoco lo querían de vuelta. Nuevo préstamo, esta vez con opción de compra. El Barça quiere sacar una cantidad importante por él.
No obstante, ha sido también un mercado marcado por las decepciones. La entidad culé tenía la intención de cerrar algún traspaso que aligerase todavía más las arcas. Pero nada. Umtiti, Firpo o Neto estaban en la rampa de salida, pero no ha acabado de llegar ninguna oferta convincente por ellos.
Todibo y Aleñá, en un montaje | Culemanía
Tampoco han conseguido dar salida a Matheus Fernandes, futbolista invisible que prácticamente no ha tenido minutos con Koeman, y que ha rechazado varias ofertas para regresar a su país, porque quería seguir en el fútbol español. Ningún equipo de Primera se ha interesado en él, y descartó por completó jugar en Segunda. Por tanto, al Barça le ha quedado una plantilla prácticamente idéntica. No ha podido avanzar en exceso, frustrado por la situación económica.
El mercado más descafeinado
Aunque ha sido una tendencia que se ha mantenido en todos los grandes clubes (el Real Madrid, por ejemplo, se movió poco también), la Liga española ha sido sin duda una de las grandes afectadas. El campeonato ha bajado un nuevo escalón y se ha situado en cifras de liga de segundo nivel.
Cerrado el mes de enero, el gasto total de los clubes españoles fue de 20.750.000 euros, una cantidad por debajo de Francia (29.000.000) y muy lejos de las movidas en Alemania (47.700.000), Italia (76.380.000), e Inglaterra (78.892.000). Incluso Austria ha gastado más que el fútbol español (24.500.000 euros). Incluso Turquía, que se ha convertido en un foco atractivo para veteranos jugadores, ha gastado prácticamente lo mismo que España, un total de 20.436.000.
Moussa Dembelé, en su presentación con el Atlético | EFE
Unas cifras que radiografían el mal momento por el que pasan los clubes españoles. Pocos movimientos a destacar. Aunque si hay uno, sin duda es la llegada de Moussa Dembelé al Atlético de Madrid. Una incorporación que demuestra que los de Simeone ya no pueden poner de excusa su economía, y que los convierte en todavía más favoritos para conseguir el título.