La victoria en el campo del Elche certificó la mejor racha, a nivel de resultados, del Barça de Koeman. Los culés acumulan cuatro victorias ligueras consecutivas y queda lejos ya su última derrota, el 5 de diciembre ante el Cádiz. Estos resultados han permitido al cuadro catalán asentarse en la tercera posición, y soñar por un trofeo casi imposible, a no ser que el propio Atlético de Madrid lo deje escapar.
Una dinámica positiva en enero que solo se vio estropeada por la dura derrota en la final de las Supercopa de España, ante el Athletic Club. Eso sí, pese a los buenos resultados, el juego del FC Barcelona siguen sin convencer. Mucho control de balón, pero incapacidad de transformarlo en ocasiones claras. Solo la fortuna o alguna genialidad de sus estrellas les permite superar las porterías rivales.
Griezmann, lamentando una ocasión contra el Cornellà | EFE
El conjunto culé se está habituando a sufrir para conseguir los tres puntos. El triunfo en Granada fue el único que se consiguió sin sufrimiento. Las demás victorias, sufridas ante defensas resistentes. Y es que este curso, ni siquiera tener a Messi, un jugador diferencial y de los máximos anotadores de la competición, te asegura goleadas.
El cuadro blaugrana solventó a la perfección los dos choques sin el argentino, sancionado por su agresión ante los Leones. Dos victorias en Copa del Rey y Liga. Eso sí, ninguna de las dos irrebatibles. En Cornellà, se ganó en la prórroga ante un Segunda B. Y en Elche, uno de los colistas, también se sufrió. Y la sensación es que la presencia del 10 tampoco habría facilitado las cosas.
Messi está de vuelta
Y es que la realidad es que este año, cuesta encontrar una goleada del Barça de Koeman. Con Messi en el terreno de juego o sin él. No obstante, es indiscutible que tener al capitán es una arma más en ataque, sobre todo para destrozar las armaduras defensivas planteadas por los rivales. Su capacidad de sentenciar choques no la ha demostrado todavía Braithwaite ni Griezmann. Dembelé es el único que lo intenta sin mucha fortuna.
El FC Barcelona ha conseguido vencer en sus tres últimos choques sin Leo (Real Sociedad, Cornellà y Elche), y en cambio ha perdido el último en el que el de Rosario sí jugó. No es una dinámica de la temporada, pero sí sorprende. Y sobre todo demuestra que el conjunto culé no es tan superior como otras temporadas. Debe acostumbrarse a sufrir contra equipos a priori inferiores.
Leo Messi, lamentando uno de los goles del Athletic | EFE
Este miércoles, contra el Rayo Vallecano, posiblemente regresará Messi. Ante un equipo acostumbrado a recibir tremendas goleadas en los últimos cursos, antes de descender. La oportunidad perfecta para dar un golpe sobre la mesa y conseguir por fin un triunfo contundente. El equipo lo necesita pese a la buena racha de resultados.